18 nov 2013

El clima de la igualdad en 2020

publicado en la Jornada Morelos el 18 de noviembre de 2013

Al tratar el tema de la igualdad en Latinoamerica, debemos recordar la propuesta de Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), manifestada en La hora de la igualdad (CEPAL, 2010) de tener un Estado que garantice un entorno macroeconómico adecuado para prevenir y enfrentar la volatilidad; promueva el progreso cientifico y tecnologico; reduzca las disparidades territoriales en capacidades productivas, en articulación con mercados ampliados, en mayor convergencia en el acceso a los servicios y en menores desigualdades en los niveles de bienestar; impulse políticas activas y pasivas en el ámbito del empleo, a fin de proteger contra el desempleo, cerrar brechas de ingresos laborales como mecanismo clave de promoción de la igualdad e incrementar las tasas de participación y las tasas de empleo; intervenga de manera más decidida en el ámbito social, para garantizar mayor acceso al bienestar y mayor desarrollo de capacidades de quienes se encuentran en situación de mayor rezago y vulnerabilidad, y juegue un rol protagónico para velar por más democracia y más igualdad, dos caras de la misma moneda.
La CEPAL publicó recientemente el documento intitulado “Prospectiva y desarrollo: el clima de la igualdad en América Latina y el Caribe a 2020” (Publicación de las Naciones Unidas
, LC/G.2579
, Copyright © Naciones Unidas, octubre de 2013), cuya elaboración estuvo a cargo de Luis Mauricio Cuervo y Jorge Máttar, del Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social (ILPES). Esta publicación registra la culminación de un proceso de análisis con visión de futuro y marca la apertura de nuevos desafíos y compromisos. Da cuenta del resultado de una amplia encuesta a especialistas de la región acerca del futuro previsible de las brechas de igualdad identificadas en los documentos La hora de la igualdad: brechas por cerrar, caminos por abrir, publicado en 2010, y Cambio estructural para la igualdad: una visión integrada del desarrollo, publicado en 2012, y delinea los escenarios tendencial, ideal y de ruptura.
El documento se divide en ocho secciones, la primera de las cuales es la Introducción. En la segunda sección se describen brevemente los fundamentos de la prospectiva y sus semejanzas y diferencias con respecto a la planificación propiamente dicha. En la tercera se identifican los principales hitos de la evolución del quehacer prospectivo en América Latina. La cuarta contiene un breve recuento y balance de los estudios de prospectiva económica realizados en todo el mundo. En la quinta se describen el proceso de elaboración y lo que se consultó a especialistas en el desarrollo de América Latina y el Caribe, con el propósito de conocer sus pronósticos sobre la evolución de las brechas de la igualdad en la década de 2010. En las tres últimas secciones (sexta, séptima y octava) se presentan tres escenarios sobre la igualdad en la región, basados en los resultados de la encuesta. Estos tres escenarios corresponden al “futuro más probable”, al “futuro ideal o más deseable” y a una situación de “ruptura”.
        El futuro más probable de las brechas de igualdad se podría resumir en una sola frase: desempeño socioeconómico aceptable sin cambio estructural. En cuanto al crecimiento económico, el pronóstico revela un optimismo con respecto a la situación que se daría en un contexto de ausencia de cambios, expresada en tasas de crecimiento del PIB. En efecto, el 63 por ciento de los encuestados estima que durante los próximos diez años el crecimiento del PIB per cápita será superior a un promedio del 2 por ciento. Según el 86 por ciento de las estimaciones, América del Sur seguirá creciendo a un mayor ritmo que México, Centroamérica y el Caribe, cuyo comercio continuará orientado a los Estados Unidos. El 64 por ciento considera altamente probable (más del 70 por ciento de probabilidad) que América del Sur profundice su especialización en la exportación de materias primas. Finalmente, según la mayoría de los encuestados el cambio climático continuará o se agudizará y se acentuarán sus impactos en el ámbito social (el 77 por ciento opina que se incrementara la pobreza), en la agricultura (el 85 por ciento estima un impacto negativo) y en la energía (el 50 por ciento prevé un impacto negativo).
        El futuro más deseable consistió en determinar si en los pronósticos que ofrece la encuesta se prevé un acercamiento a la situación deseable o una desviación de ésta. Con esta interpretación en mente, la situación prevista podría resumirse en la siguiente frase: futuro social moderadamente promisorio sin transformación integral. Hay un marcado contraste entre las dimensiones sociales y las restantes. Mientras las primeras son las únicas que presentan pronósticos significativos de acercamiento al ideal, del 30 al 50 por ciento; en las demás dimensiones estos apenas superan el 20 por ciento. En efecto, se estima que la heterogeneidad productiva, las disparidades territoriales y las diferencias de crecimiento entre América del Sur y el resto se mantendrán invariables o incluso se alejarán aun más de lo deseable. En cambio, la probabilidad de que el empleo, las brechas sociales y la estructura fiscal se acerquen a la situación deseable es mayor, aunque nunca supera el 50 por ciento.
         En los escenarios de ruptura, la imagen del futuro se basa en la clasificación de las respuestas de acuerdo con criterios diferentes a los empleados en los casos anteriores. En éste solo se tomaron en consideración las preguntas cuyas respuestas pudieron clasificarse en dos categorías: continuidad o cambio. No se tomó en cuenta el significado preciso de lo que esta continuidad significa (empeoramiento o mejoramiento de una situación dada). En términos globales, las respuestas revelan que la polaridad entre los cambios sociales relativamente positivos y los poco halagüeños resultados en materia productiva tiene márgenes de variación más reducidos que en el resto de los componentes, es decir la economía mundial, las disparidades territoriales y el empleo. En lo relacionado con la economía mundial, los ámbitos identificados por los participantes como los que plantean mayores interrogantes, caracterizados por una mayor incertidumbre y una menor previsibilidad son los relacionados con el ritmo de crecimiento económico mundial, de China y de América Latina. En contraste, los ámbitos cuya evolución se considera más previsible y menos sujeta a incertidumbre son las brechas de crecimiento entre América del Sur y el resto del mundo, la estructura de las exportaciones con predominio de productos primarios, la tasa de inversión agregada y la orientación de México y Centroamérica hacia el mercado de los Estados Unidos. El margen probable de cambio de todos los aspectos de la convergencia productiva se considera relativamente limitado, lo que indica que domina el pronóstico de continuidad de las tendencias actuales.
            En Morelos, debemos ratificar la rectoría del Estado para llevar los ritmos de crecimiento hacia sus mayores potencialidades y promover un patrón de crecimiento hacia un mayor dinamismo productivo y una menor vulnerabilidad en el ámbito laboral, al acelerar cambios en la matriz productiva hacia la mayor incorporación de progreso técnico y, complementariamente, impulsar políticas decididas para reducir las brechas de productividad entre los distintos sectores y niveles de la estructura productiva.

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