1 jul 2013

Impacto económico de políticas sociales.

publicado en La Jornada Morelos el 1 de julio de 2013

En las últimas décadas se han hecho importantes avances en cuanto a metodologías, herramientas y calidad de información para la evaluación del impacto social de las políticas sociales, como lo muestran las actividades del Consejo Nacional de Evaluación. Hoy es posible tener información valiosa en relación al impacto de diversas políticas en dimensiones tan relevantes como la pobreza, la desigualdad y la situación en salud. Asimismo, se puede contar con información sobre el impacto redistributivo de las políticas sociales, lo que se logra a través del análisis del tamaño y características de la población beneficiaria de la inversión social efectuada. No obstante lo anterior, existe poco conocimiento sobre el impacto económico de la política social.
            Rodrigo Martínez, Amalia Palma, Lorena Flores y María Paz Collinao, de las oficinas de la Comisión Económica para América Latina, publicaron el artículo intitulado “El impacto económico de las políticas sociales” (Colección Documentos de Proyectos, LC/W.531, Copyright © Naciones Unidas, febrero de 2013. Impreso en Naciones Unidas, Santiago de Chile), donde avanzan en el entendimiento de la relación entre la política social y la economía, los recursos involucrados en su financiamiento y el impacto económico que ésta genera.
            El modelo de desarrollo que implanta el Estado sobre un país determina las prioridades de política y sus mecanismos de operación, con mayor o menor participación del sector privado, nos recuerdan los autores. Por el lado macroeconómico, las políticas fiscal, económica y monetaria son las herramientas a través de las cuales los gobiernos estabilizan la economía. Por el lado de la política social, se definen las prioridades para mejorar la calidad de vida de la población. A partir de la política tributaria y del gasto público, en particular la inversión social, el Estado puede redistribuir, asignar o aportar en los ingresos de los hogares, lo cual produce un impacto directo en la economía, a niveles local, regional o nacional.
            Los impactos de la política social son de tres tipos, señalan los autores: social, que se refleja en la variación generada en los indicadores sociales que justifican la implementación de acciones en cada función (salud, educación, etc.) y se mide como el cambio que se presenta en la población objetivo entre la situación previa a la implementación de una determinada gestión social y la alcanzada como resultado de ésta; redistributivo, que se refiere a la valoración económica de los bienes y servicios que son transferidos a la población, se mide como la incidencia que dicha valoración tiene en el ingreso total de los hogares, y permite identificar el grado de transferencia de recursos a los hogares y dimensionar la progresividad o regresividad del gasto; y económico, que se refiere a los beneficios o pérdidas económicas que la política social genera con su intervención, directa o indirecta, en los distintos agentes, producto de los impactos sociales generados por los bienes y servicios transferidos a los hogares, cuantificados en términos del incremento en activos y del potencial productivo resultante, así como de los impactos que se producen en el mercado de bienes y servicios sustitutivos y complementarios a los productos distribuidos o fomentados, por los programas y proyectos sociales.
            De los tres tipos de impacto indicados, el económico ha sido el menos trabajado en la literatura, en parte producto de que normalmente no es concebido como parte de los objetivos directos de la política social, sino como una externalidad o efecto indirecto, establecen los autores. Sin embargo, éste puede tener alta relevancia dependiendo del tamaño de los programas sociales, de las características de sus productos. Así como de sus requerimientos de producción, que afectan la demanda de bienes y servicios especializados y, por tanto, de los distintos agentes involucrados en dichos procesos productivos; de sus impactos sociales, que al modificar la situación inicial de la población disminuyen los costos directos, derivados de la mitigación de sus consecuencias y de la oportunidad de generar nuevas demandas; y de las decisiones autónomas de quienes reciben beneficios, así como los efectos en la conducta de consumidores que dichas decisiones producen entre los no beneficiarios.
            Algunos ejemplos de impactos económicos de las funciones sociales son los siguientes, de acuerdo con los autores: educación, fomenta la productividad de los trabajadores, haciendo que estén más capacitados y habilitados para el mercado laboral; salud, genera un incremento en la capacidad productiva, con beneficios para las personas y para las unidades productivas, donde las clínicas privadas y las aseguradoras de salud generan un impacto en el sector privado y en la economía de países; seguridad, alimentaria y nutricional, donde la desnutrición y el sobrepeso y obesidad generan costos personales y sociales, y cuya disminución supone ahorros directos para la economía de los países en salud, educación y particularmente en productividad; protección social, que al asegurar un nivel de recursos a las personas y mitigar los efectos de las crisis económicas o del desempleo, facilita la existencia de un nivel mínimo de consumo en la población, inyectando recursos directamente al mercado por la vía de la demanda, con un efecto directo en el empleo, en la medida que entre sus funciones está la regulación del mercado laboral y con ello la promoción del empleo decente; protección del medioambiente, donde los métodos para la reducción de la contaminación y la protección ambiental pueden tener un impacto económico; vivienda y servicios relacionados, con un impacto indirecto a través del gasto en vivienda sobre el sector construcción, el que tiene una importante participación en el PIB de la región; y cultura y recreación, donde la producción de bienes y servicios culturales lleva generalmente a la puesta en marcha de actividades económicas privadas, por ejemplo a través de las remuneraciones pagadas en el empleo privado.
            En Morelos, es imprescindible evaluar el impacto económico de las políticas sociales, en particular con relación a los programas de transferencias económicas condicionadas a resultados, ya que entregan recursos a los hogares destinados al consumo. Éstos pueden afectar el mercado, al igual que pueden tener un impacto en el sector productivo o en el trabajo.

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