2 dic 2013

Cultura, desarrollo y buen vivir

publicado en La Jornada Morelos el 2 de diciembre de 2013

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés) considera que la cultura, a través de sus distintas expresiones y prácticas, en especial la lengua, representa, vincula, enriquece, mezcla y consolida la estructura que sostiene y hace funcionar la formación socioeconómica de una sociedad determinada, y puede transformar el contexto local a favor de un cambio económico, medioambiental y social equilibrado. También, que es un proceso activo mediante el cual los grupos humanos responden a sus necesidades colectivas presentes, involucra la lengua, los valores, las conductas, las normas e instituciones; las memorias personales y colectivas que dan sentido y sin las cuales no hay existencia humana; los saberes y capacidades humanas.
Myrna Cunningham, Ex Presidenta y actual miembro del Foro Permanente de Naciones Unidas para Cuestiones Indígenas, escribió el artículo “La cultura: pilar del desarrollo para el buen vivir”, en la revista Cultura y Desarrollo, No. 9, 2013. Este texto aborda dos cuestiones. La primera se centra en el concepto y la praxis del buen vivir y, la segunda, trata las diferentes dimensiones de la vida y de la economía comunitaria en la que participan las mujeres indígenas, haciendo real y posible este concepto.
            Los pueblos indígenas apuntan hacia el desarrollo sustentable con identidad étnica y cultural. En el concepto occidental de desarrollo, prevaleciente en la economía global, se apuntala el desarrollo en tres pilares: social, económico y medioambiental, dejando por fuera y obviando la diversidad étnica, lingüística y cultural, sostiene la autora. En su perspectiva y cosmovisión, la cultura y la lengua son el vehículo principal que significa, define, crea, vincula y comunica, proporciona coherencia, sustentabilidad y desarrollo, en consecuencia, el Vivir Bien. La visión del buen vivir tiene que ver con las condiciones de vida social, perspectivas y calidad de vida de los pueblos indígenas, atendiendo a los principios de la reciprocidad, complementariedad y redistribución en los distintos espacios de la vida social, económica, cultural y política. La base fundamental para la sustentabilidad es el respeto a la madre naturaleza, respeto observado y garantizado por los pueblos indígenas en sus territorios.
            ¿Qué elementos hay en las culturas que posibilitan el desarrollo sostenible, el Bien Común y el Vivir Bien? La autora pregunta y contesta. En primer lugar el ser; no hay cultura que no sea humana. Cultura es todo lo que hemos aprendido y hacemos los humanos en la cotidianeidad, en la vida diaria. Las lenguas maternas, las cosmovisiones, los saberes, el agua, los cultivos o la vida silvestre son elementos vitales en el desarrollo y las políticas públicas, como herramientas para el desarrollo sustentable las cuales deben incluir la cultura como elemento central. Además, enfatiza que los factores culturales propios de cada pueblo representan la fuente principal de su desarrollo económico y social porque entiende la cultura como una estructura conformada a partir de la producción social y la transmisión de identidades, representaciones, significados, conocimientos, creencias, valores, aspiraciones, memorias, propósitos y actitudes. En la forma de vida, en la cultura de un pueblo particular, están presentes costumbres, creencias, códigos de conducta, de vestimenta, lenguaje, arte, cocina, ciencia, tecnología, religión, tradiciones e instituciones.
            Para Vivir Bien - Buen Vivir se aspira a tener una sociedad con equidad y sin exclusión. Este es un proyecto, una propuesta, una agenda diaria en la que para Vivir Bien se deben conciliar visiones y saberes que estén vivos, que funcionen, sean comprendidos y practicados cotidianamente, plantea la autora. La solidaridad, reciprocidad, colectividad, resiliencia y auto-sustentabilidad son prácticas sociales cotidianas y lógicas de producción reales. Estos son algunos de los valores, racionalidades y filosofías propuestos por el pensamiento indígena contemporáneo ante el momento histórico que vivimos, ante la crisis de la humanidad y la naturaleza, urgidas de superar los modelos económicos, políticos, culturales, discursivos y éticos que las han devastado.
            Al esbozar el paisaje de ese locus que definimos como Buen Vivir traza la autora en primer lugar los temas transversales: género y pautas demográficas. A continuación ubica los elementos
esenciales en el pensamiento indígena contemporáneo: seguridad jurídica de tierra, territorio y recursos naturales; integridad del patrimonio cultural; respeto a la identidad y no discriminación; educación culturalmente adecuada; salud intercultural; control del destino; participación plena, informada y efectiva; acceso a infraestructura y servicios básicos; grado de amenazas externas; y bienestar material.
            En Morelos, debe ser una prioridad absoluta la buena gestión y probidad en función del interés comunitario, y demandarse recuperar valores y una ética para la gestión sustentable e íntegra de los recursos y territorios, contando para ello con la fortaleza cultural de nuestros pueblos.

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