27 jul 2015

Nuevos bancos de desarrrollo.


Publicado en La Jornada Morelos el 27 de julio de 2015.
Ampliar la oferta de mecanismos de financiamiento y permitir caminos adicionales de crecimiento económico y social, respetando al ambiente, es fundamental para encontrar una vía nueva al desarrollo mundial. Después de la crisis financiera de 2008, se ha visto la importancia de transitar hacia un mundo multi-polar, que se enfoque a resolver problemas como la desigualdad, la inequidad, la preservación de la paz y el deterioro ambiental. Así, los países en vías de desarrollo (en particular los llamados BRICS: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se están uniendo para trascender sus limitaciones propias y construir soluciones más holísticas y radicalmente distintas a las planteadas por el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El FMI y el BM fueron creados en una conferencia internacional que se reunió en Bretton Woods, New Hampshire, Estados Unidos, en julio de 1944. Su objetivo era crear un marco para la cooperación económica y el desarrollo que permitiera lograr una economía mundial más estable y más próspera. En particular, el FMI promueve (https://www.imf.org/external/np/exr/.../imfwbs.htm) “la cooperación internacional en la esfera monetaria y presta tanto asesoramiento sobre política económica como asistencia técnica para ayudar a los países a que construyan y mantengan una economía sólida. También otorga préstamos y colabora con los países en la formulación de programas destinados a resolver problemas de balanza de pagos cuando no es posible obtener financiamiento suficiente en condiciones accesibles para hacer frente a los pagos netos internacionales. Los préstamos del FMI son de corto plazo y mediano plazos y se financian con las cuotas que aportan sus países miembros”.
A pesar de que casi todos los países, en alguna ocasión, han requerido y aceptado financiamiento del BM y del FMI, existen críticas muy fuertes a su formulación de políticas, por los impactos económicos y sociales que dichas políticas tienen sobre la población en países que reciben asistencia financiera de estas dos instituciones. Las condiciones exigidas a los préstamos se basan en los llamados principios del “Consenso de Washington”: liberalización del comercio, la inversión y el sector financiero, y la desregulación y la privatización de industrias nacionales. Dichas condiciones resultan, en la mayoría de los casos, en la pérdida de autoridad de un Estado para gobernar su propia economía, ya que la regulación de las economías nacionales pasan a ser competencia de una institución financiera en Washington, D.C., en la que los pases en vías de desarrollo tienen muy poco poder de voto.
En el año 2013, en Durban, Sudáfrica, los líderes de los países BRICS anunciaron (https://www.oxfam.org/.../the_brics_development_bank…) su intención de poner en marcha el “Banco de Desarrollo de los BRICS, encaminado a movilizar recursos para proyectos de infraestructuras y de desarrollo sostenible en los BRICS y en otras economías emergentes y países en desarrollo, con el fin de complementar los esfuerzos existentes de las instituciones financieras multilaterales y regionales para el crecimiento y el desarrollo mundiales. El objetivo es que el nuevo banco se convierta en una nueva fuente de financiación para las economías emergentes y en desarrollo, cuyas necesidades no se están viendo satisfechas a través de las instituciones financieras existentes”. Se espera también que este banco contribuya a “movilizar recursos de otros países de renta media y otros posibles colaboradores como, por ejemplo, las principales naciones petroleras”. Finalmente, el 22 de julio de 2015, en Shanghai, fue inaugurado el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) para financiar proyectos de infraestructura, principalmente en los países del BRIC (www.jornada.unam.mx), que contará con un capital autorizado inicial de 100 mil millones de dólares y un capital suscrito inicial de 50 mil millones, compartidos equitativamente entre los cinco fundadores. Se considera que “los mercados emergentes y los países de bajos ingresos se enfrentan a una brecha anual de entre uno y 1.5 mil millones de dólares en gastos de infraestructura”.
Según OXFAM, es de suma importancia que los BRICS se “comprometan a llevar su iniciativa más emblemática más allá́ del concepto tradicional de banco de desarrollo y trabajen para definir en detalle una agenda transformadora. Así, entre sus principales recomendaciones están que: “El nuevo banco permita a los BRICS demostrar su liderazgo en la agenda en pro del desarrollo sostenible;  El nuevo banco puede servir como plataforma para globalizar los esfuerzos de los BRICS para acabar con la pobreza y reducir la desigualdad, con especial atención a la igualdad de género y los derechos de las mujeres; Los países BRICS deben contar con políticas de cooperación internacional explicitas, basadas en los debates públicos y respaldadas por una sólida capacidad institucional; El nuevo banco de desarrollo debe adoptar una estructura de gobierno democrática; y El banco de desarrollo de los BRICS debe asegurar ciertas salvaguardias medioambientales y sociales y establecer mecanismos de información, rendición de cuentas y rectificación”.
Además, el 29 de junio de 2015 se había creado el llamado Banco Asiático de Inversiones en Infraestructuras (BAII) (www.jornada.unam.mx). Cincuenta estados, entre ellos Francia, España y Brasil, firmaron en Pekín un acuerdo sobre la fundación y los estatutos del nuevo banco asiático de desarrollo, lanzado por iniciativa de China. El BAII, dotado con un capital de 100 mil millones de dólares, será operativo antes de final de año y financiará obras de infraestructura en Asia. Por supuesto que Washington ha manifestado sus reservas sobre el BAII, “preocupado por los estándares de gobernanza, su falta de transparencia y su competencia con las organizaciones existentes, como el Banco Mundial. Estados Unidos también teme que Pekín utilice esta institución para sus propios fines geopolíticos y económicos; ya que China puede obtener el 26 por ciento de los derechos de voto y para tomar algunas decisiones estructurales, se necesita la mayoría calificada de tres cuartos de votos, con lo que dispondría de poder de veto”.
En Morelos, debemos impulsar un ambiente financiero que permita poner fin a la pobreza extrema, promover el crecimiento económico equitativo, reducir las desigualdades sociales y avanzar en el camino del desarrollo sustentable.

1 comentario:

Asesoría Profesional dijo...

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