28 feb 2011

Crear Futuros: Cobertura universal de salud

La salud es considerada como la máxima prioridad por la sociedad; sin ella, a la persona ya no le importa hablar de empleo, alimentación, educación, vivienda, seguridad, o equidad. Así, la consecución de la cobertura universal de salud se vuelve un tema toral en las agendas pública y política, ya que los gobiernos intentan satisfacer las expectativas de la población. Es imprescindible que nadie que necesite asistencia sanitaria, ya sea terapéutica o preventiva, deba arriesgarse a la ruina financiera por ello. Los países necesitan fondos estables y suficientes para la salud, pero la riqueza nacional no es un requisito previo para avanzar hacia la cobertura universal. Países con niveles similares de gasto en salud alcanzan resultados sorprendentemente dispares en comparación con sus inversiones. Las decisiones políticas ayudan a explicar en gran medida esta diferencia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en 2010 un reporte titulado La financiación de los sistemas de salud: el camino hacia la cobertura universal, cuyo objetivo es identificar una lista de opciones para la obtención de recursos suficientes y para la eliminación de las barreras económicas al acceso a los servicios de salud, especialmente en el caso de los pobres. Hay muchas maneras de promover y preservar la salud. La educación, la vivienda, la alimentación y el empleo, todos ellos, tienen un impacto sobre la salud. Corregir las desigualdades en estos aspectos disminuirá las desigualdades que se producen en la salud. No obstante, el acceso oportuno a los servicios de salud también es crítico: una combinación de promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación. Un sistema de financiamiento de salud que funcione correctamente determina si las personas pueden permitirse el uso de los servicios sanitarios cuando los necesitan y, por supuesto, la existencia de los propios servicios.
Este informe señala que en algunos países, hasta el 11% de la población sufre, por crisis de salud, de dificultad financiera grave cada año y hasta el 5% se ve arrastrada a la pobreza. A nivel mundial, alrededor de 150 millones de personas sufren catástrofes financieras anualmente y 100 millones se ven obligadas a vivir por debajo del umbral de pobreza. Otro castigo financiero impuesto a los enfermos (y frecuentemente a quienes están a cargo de su cuidado) es la pérdida de ingresos. En la mayoría de los países, los familiares pueden ofrecer algún tipo de ayuda económica, aunque sea pequeña, a otros miembros de la familia cuando estos están enfermos. Las transferencias financieras más formales para proteger a quienes están demasiado enfermos como para trabajar son menos habituales. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sólo una de cada cinco personas en todo el mundo está cubierta con una seguridad social amplia que también incluya la pérdida salarial en caso de enfermedad, y más de la mitad de la población del mundo carece de todo tipo de protección social formal.
La OMS señala que los gobiernos se enfrentan a tres barreras fundamentales en su lucha por alcanzar dicha cobertura: ¿cómo se tiene que financiar dicho sistema de salud?, ¿cómo pueden proteger a las personas de las consecuencias financieras de la enfermedad y del pago de los servicios de salud? y ¿cómo pueden fomentar el uso óptimo de los recursos disponibles? Con relación a la primera barrera, ningún país, independientemente de su riqueza, ha sido capaz de garantizar a todas las personas el acceso inmediato a todas las tecnologías o intervenciones que puedan mejorar la salud o prolongar la vida. La segunda barrera para la cobertura universal es la dependencia excesiva de los pagos directos en el momento en que la gente necesita asistencia. Esto incluye los pagos de medicamentos y las cuotas de las consultas y los procedimientos. Aun disponiendo de algún tipo de seguro médico, puede ser obligatorio contribuir en forma de copagos, coaseguros o deducibles. El tercer obstáculo para avanzar más rápido hacia la cobertura universal es el uso ineficiente y no equitativo de los recursos. Se malgasta del 20 al 40 por ciento de los recursos destinados a la salud, siendo ésta una estimación conservadora. Reducir este despilfarro mejoraría en gran medida la capacidad de los sistemas sanitarios para prestar servicios de calidad y mejorar la salud.
Con relación a la cobertura universal de salud en Morelos, debemos conocer el avance en tres dimensiones. Población ¿quién está cubierto?, servicios ¿qué servicios están cubiertos? y gastos directos ¿cuál es la proporción de gastos cubiertos? Reconozcamos que el diseño y la estrategia de aplicación de la financiación sanitaria es un proceso de adaptación continua, más que un progreso lineal hacia una perfección teórica. Se debe empezar por una exposición clara de lo que se entiende por cobertura universal y de los principios y mecanismos que conducen a su sistema de financiamiento.

21 feb 2011

América Latina y México rumbo al 2015

En septiembre del año 2000, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas aprobó una nueva forma de cooperación internacional al definir los “Objetivos de Desarrollo del Milenio” (ODM), en donde se fijaron metas de progreso para las personas más desprotegidas del planeta. Todos los países se comprometieron a realizar su mayor esfuerzo y además los países desarrollados prometieron financiar a los países más vulnerables para que alcanzaran las metas establecidas. A diez años, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) publicó un reporte titulado El progreso de América Latina y el Caribe hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Desafíos para lograrlos con igualdad. Además de la CEPAL colaboraron otras 17 agencias internacionales.
El reporte establece que América Latina sigue siendo la región con la mayor desigualdad de ingresos del mundo y señala la necesidad de avanzar hacia el cierre de las brechas resultantes de las desigualdades efectivas que existen en varias dimensiones en todos los países de la región y que se expresan en la exclusión de los pueblos indígenas, las segregaciones territoriales, la desigualdad entre los sexos y las desigualdades socioeconómicas en general, que no son solo una consecuencia sino también el principal mecanismo a través del cual éstas se reproducen entre una generación y otra.
La CEPAL y las otras agencias presentan los resultados alcanzados hasta 2008, que se deben tomar con cautela ya que no incluyen los efectos de la crisis de 2008 y 2009. Las conclusiones principales y orientaciones de política a partir del examen de las tendencias registradas, con sus logros y rezagos, en los distintos ODM en los países de América Latina y el Caribe son las siguientes. La importancia de una superación sostenida de la pobreza sobre la base de estrategias y políticas que apunten a la efectiva inclusión social de los grupos excluidos y vulnerables, más allá de la provisión de bienes y servicios para la satisfacción de necesidades básicas. Dada su relevancia para superar de manera sostenida la pobreza y dar acceso a las redes de protección y seguridad social a la población, el empleo productivo y decente posee un lugar central en la promoción de una agenda de desarrollo con igualdad. Los países de la región deben desarrollar políticas y programas que permitan revertir, en los plazos más breves posibles, la pérdida de recursos del medio ambiente y el deterioro de los ecosistemas. La eliminación de las desigualdades basadas en el género posee especial relevancia para una agenda del desarrollo capaz de incorporar, además del principio de igualdad, el valor de la diferencia que permite establecer medidas de acción positiva para eliminar las inequidades y discriminaciones de género. El acceso a las tecnologías de la información y las comunicaciones constituye un nuevo ámbito en que se manifiestan las desigualdades entre países y dentro de ellos. Por último, la importancia de la articulación de un pacto social en los países de la región para avanzar en esta nueva agenda de desarrollo y en el logro de los ODM con igualdad.
Cuantificaremos aquí sólo dos metas del milenio: primera, “reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas cuyos ingresos sean inferiores a 1 dólar por día”, que busca dar cuenta de las privaciones extremas que afectan la capacidad básica de las personas para desenvolverse adecuadamente en la sociedad, y segunda “reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas que padece hambre” que no sólo es parte de los ODM, sino que también ha sido reiterada en varios foros internacionales, consagrando así la importancia que tiene este problema para los países y la urgencia que demanda su solución.
CEPAL y las otras agencias estiman que la pobreza extrema en América Latina abarcaba al 2008 a un 12.9 por ciento de la población, cifra que equivale a alrededor de 71 millones de personas. Este grupo forma parte de un conjunto más amplio de población pobre, cuyos ingresos son insuficientes para adquirir una canasta básica que incluye tanto alimentos como no-alimentos, y que representa al 33.0 por ciento de la población de la región, es decir, 180 millones de personas. Con relación a las metas del 2015, México se encontraba en el 2008 ya 8 puntos porcentuales arriba de lo esperado en pobreza extrema pero todavía 18 puntos porcentuales debajo de lo esperado en pobreza total. Además, México sólo reduce su pobreza a una tasa de 3 por ciento anual.
En materia de hambre, América Latina y el Caribe se caracterizan por presentar una alta heterogeneidad entre países y fuertes desigualdades entre grupos poblacionales en su interior. Hasta 2005, México tuvo un avance nulo en la reducción de la población que se encuentra por debajo del nivel mínimo de consumo de energía alimentaria, que corresponde a la cantidad de energía que contienen los alimentos, por lo que debe avanzar el 100 por ciento para alcanzar la meta al 2015. En América Latina, el avance promedio al 2005 fue de 54 por ciento.
México avanza, en general, a un ritmo equivalente al promedio de América Latina para reducir la pobreza total y el hambre. Este resultado es altamente insatisfactorio si consideramos que nuestro país está dentro de las quince potencias industriales a nivel mundial. Debemos adoptar otras políticas públicas, como las propuestas, para ya cambiar de rumbo.

14 feb 2011

Una economía basada en la innovación

La sociedad de conocimiento requiere una nueva gobernanza. Es imprescindible que el gobierno, los empresarios, la academia y la sociedad civil trabajen de manera coordinada para tomar las mejores decisiones que impulsen el desarrollo sustentable de Morelos. La competitividad del país, del estado y de las empresas requiere que se implante una sólida economía sostenida en la innovación. Tenemos los elementos esenciales pero no hay una política pública que defina las estrategias e impulse las acciones necesarias para alcanzar una economía pujante de clase mundial.
El presidente de la Academia de Ingeniería del Reino Unido, Lord Browne of Madingley publicó en el número 44, septiembre 2010, de Ingenia, la revista mensual de dicha Academia, un artículo titulado “Plan de siete puntos – Una estrategia industrial para la competitividad del Reino Unido”, con el objetivo de crear una economía de la innovación. Asegura que la salud de largo plazo de la economía del Reino Unido depende de la habilidad de competir exitosamente contra sociedades que sean tecnológicamente avanzadas y emprendedoras; en particular, en las industrias del futuro que sean de alta tecnología y bajas en emisiones de carbón.
Su trabajo trata sobre cómo puede reorganizarse la economía inglesa para crecer con base en la ciencia y la tecnología. Considera que ellos tienen muchas ventajas al liderar en el mundo en áreas como satélites pequeños, aeroespacial, ciencias de la vida y diseño creativo. También, tienen laboratorios y empresas de clase mundial, tanto pequeñas como grandes. Sin embargo, señala que no es muy exitoso su récord en traducir ideas de ingleses en grandes éxitos comerciales. En general, las ideas generadas en el Reino Unido terminan siendo explotadas comercialmente por otros países. Mejorar en este récord debe ser una prioridad si se quiere construir una economía balanceada. Se trata de mejorar las habilidades comerciales y emprendedoras y, al mismo tiempo, inventar nuevas tecnologías. Es más, las compañías británicas deben ahora competir con un conjunto creciente de jugadores globales, ya no sólo Estados Unidos y Europa, sino también China e India. Las decisiones deben ser tomadas con una visión clara de futuro, nos asegura.
Los encargados de las políticas públicas coinciden en que una economía diversificada y basada en el conocimiento es la mejor plataforma para competir empresarialmente en el futuro. También, coinciden en que las empresas permanecen como la instancia esencial para crear riqueza y el gobierno debe establecer el clima adecuado para el éxito de las empresas y las industrias, impulsando el diseño y uso de nuevas tecnologías. Asegura que es necesaria una estrategia industrial que alinee las políticas, la inversión, los esfuerzos y la cultura innovadora en todos los departamentos del gobierno y, sobretodo, que incorpore a los negocios en los procesos de toma de decisiones.
Mejorar la competitividad no se trata de seleccionar ganadores, ya sean tecnologías, compañías o productos; sino de apoyar los sectores estratégicos donde el país tenga una ventaja competitiva. El autor le propone al gobierno inglés a enfocarse en siete áreas.
Primera, el gobierno apoye a las empresas al asegurar que hay el número suficiente de personas con las habilidades apropiadas. En una competencia global por talentos, los negocios más innovadores están definidos por la calidad y diversidad de su fuerza de trabajo.
Segunda, es necesario mantener el flujo de ideas al financiar a los mejores investigadores e investigaciones en ciencia e ingeniería. Es imprescindible un debate serio sobre las investigaciones que se deben financiar.
Tercera, aún la mejor investigación necesita apoyo para llevar las ideas del laboratorio a los mercados. El gobierno juega un papel primordial en construir los sistemas apropiados para acortar esta brecha.
Cuarta, sólo unas políticas claras y estables le darán la confianza a las empresas para invertir en el largo plazo. También se debe tener un marco regulatorio que impulse a los empresarios a que experimenten y sean innovadores.
Quinta, se requieren incentivos directos para todas las compañías, ya sean por impuestos, préstamos de capital, dinero semilla o una combinación de los tres. Por supuesto que éstos deben ser transparentes y de acceso a empresas grandes y pequeñas.
Sexta, el gobierno debe utilizar su poder de compra y apoyar a compañías con nuevas tecnologías y también de reciente creación. Las compras públicas deben impulsar la innovación y además ayudar a bajar los costos.
Séptima, todo lo anterior debe integrarse en un marco de políticas coherentes y debe ser administrado, evaluado y refinado de manera permanente.
Finalmente, nos recuerda que el gobierno se debe apoyar en las personas que se encuentran en las cámaras comerciales e industriales, en las asociaciones profesionales y en las academias. También, se deben redoblar los esfuerzos de divulgación y difusión de la ciencia y tecnología para involucrar a la sociedad y, en particular, a los estudiantes.
En Morelos se han tomado acciones para vincular a nuestros importantes centros de investigación con el sector empresarial e industrial. También, se han creado empresas de base tecnológica. El gobierno, involucrando a todos los actores, debe establecer un marco integral de políticas públicas para crear una economía basada en la innovación. Analicemos estas siete propuestas.

7 feb 2011

Energías renovables en el 2050

No es posible transitar hacia un mundo limpio, saludable, sostenible económicamente y con viabilidad de largo plazo para el ser humano sin modificar el sistema energético. El desarrollo sustentable es posible sólo con el uso masivo de las fuentes renovables de energía y la adaptación del crecimiento de la infraestructura mundial para que considere simultáneamente aspectos ambientales, sociales, institucionales y económicos
La World Wildlife Fund (WWF, Fundación Mundial para la Vida Salvaje) y ECOFYS, una empresa consultora holandesa, publicaron el tres de febrero de este año un reporte donde aseguran que para el año 2050 el mundo podría obtener el noventa por ciento de la energía que necesita a partir de fuentes renovables. Indican que esta transición no sólo es posible sino que también es viable económicamente, entregando energía renovable a todos los habitantes del planeta de manera asequible económicamente y producida de manera sustentable. Esta transición presenta retos importantes pero esperan que este reporte inspire a los gobiernos y a las empresas a conocer mejor estos retos y a comprometerse decididamente en las acciones planteadas para alcanzar una economía basada en las fuentes renovables de energía.
En el escenario que describe la visión del mundo en el año 2050, según ECOFYS, existe una demanda de energía menor en 15 por ciento a la del 2005, aunque la población, la producción industrial, el número de pasajeros y la carga hayan aumentado, ya que se implantó un ambicioso programa de ahorro de energía. Dicho programa logró que las industrias redujeran, reusaran y reciclaran materiales, los edificios han sido diseñados para usar mínimas cantidades de energía para calefacción y enfriamiento, y se cambió a formas de transporte más eficientes. El viento, la energía solar, la biomasa y la hidráulica son las fuentes principales para generar electricidad. Se utiliza lo más posible a la electricidad, en lugar de combustibles sólidos y líquidos. Se desarrollaron las redes “inteligentes” de electricidad que, al variar durante el día la oferta de energías solar y eólica, almacenan y transportan electricidad de manera eficiente.
Para el 2050, por seguir este programa, se estarían ahorrando cerca de cuatro mil millones de euros por año debido a una mayor eficiencia energética y una disminución en los costos de los combustibles. Sin embargo, grandes cantidades de capital se debieron de invertir en los primeros años de la transición para incrementar el consumo de energías renovables a niveles masivos, modernizar las redes eléctricas, transformar los transportes públicos y privados, y mejorar la eficiencia energética de nuestras edificaciones. Esta inversión inicial se recuperaría por el año 2040 o antes si se consideran los beneficios en reducir el Cambio Climático y el impacto de los combustibles fósiles en la salud.
Los resultados del estudio indican que el mundo podría sólo incrementar de 2010 a 2050 su consumo de energía eléctrica de 60.0 a 127.4 ExaJoules por año. La participación porcentual de las diferentes fuentes de energía en el 2050 sería de: viento en tierra, 20; viento en mar, 5; olas y mareas, 1; solar fotovoltaica, 29; solar térmica, 17; hidráulica, 12; geotérmica, 4; biomasa, 13; carbón, 0; gas, 0; petróleo, 0, y nuclear, 0.
Además, el consumo de combustibles y calor en la industria podría reducirse de 79.1 a 59.0 ExaJoules, entre 2010 y 2050, con una participación porcentual en el 2050 de: solar térmica, 15; geotérmica, 5; biomasa, 59, y combustibles fósiles, 21.
También, de 2010 a 2050, el consumo de combustibles y calor para edificaciones podría reducirse de 86.0 a 24.1 ExaJoules, con una participación porcentual en el 2050 de: solar térmica, 52; geotérmica, 35; biomasa, 13, y combustibles fósiles, 0.
Adicionalmente, el consumo de combustibles para el transporte podría reducirse de 102.6 a 50.8 ExaJoules, de 2010 a 2050, con una participación porcentual en el 2050 de: biomasa, 100, y combustibles fósiles, 0.
Finalmente, presentan diez recomendaciones para alcanzar un futuro que dependa 100 por ciento de las fuentes renovables de energía: 1. Energía renovable, impulsar sólo los equipos más eficientes y hacerlos funcionar sólo con energía de fuentes renovables: 2. Redes inteligentes, instalar sólo el nuevo tipo de redes eléctricas que permitan compartir las fuentes renovables de energía que existen en diferentes regiones; 3. Acceso, erradicar la pobreza energética al lograr el abastecimiento universal de energía con fuentes renovables; 4. Presupuesto, invertir lo necesario en energías renovables y productos y edificios eficientes; 5. Alimentos, producirlos de manera eficiente y sustentable, reducir la cantidad de desechos y que la gente rica coma menos carne; 6, Materiales, su contenido en los bienes debe ser reducido y éstos deben ser reutilizados y reciclados; 7. Transporte, proveer incentivos para alcanzar un mayor uso del transporte público y reducir las distancias que viajan las personas y los bienes, así como impulsar su electrificación y la producción de hidrógeno y de biocombustibles; 8. Tecnología, promover el desarrollo de la tecnología nacional a partir de planes conjuntos, tanto bilaterales como multilaterales; 9. Sustentabilidad, desarrollar e implantar normas obligatorias para el uso de fuentes renovables de energía en apoyo del desarrollo sustentable, y 10, Acuerdos, impulsar acuerdos obligatorios a nivel mundial en Cambio Climático y en temas energéticos para impulsar la eficiencia energética y el uso de fuentes renovables de energía.
Si en Morelos sólo se impulsan a las empresas tradicionales con los instrumentos tradicionales, entonces seguiremos sin considerar las mejores prácticas a nivel mundial y continuaremos con baja productividad, reducida generación de empleos mal remunerados, incremento de la contaminación y sin revertir el Cambio Climático. Empecemos ya la transición hacia las energías renovables con una industria, unas edificaciones y un transporte eficientes y limpios.