La educación en México y Morelos se enfrenta a dos retos de enorme magnitud. Por un lado, debe recuperar la educación del retraso acumulado en el siglo XX y, por el otro, ha de enfrentarse a los retos del siglo XXI para que al incorporar los cambios científicos y tecnológicos pueda lograr desarrollo económico y reducir la pobreza, la desigualdad y la falta de cohesión social.
La Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), apoyados por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), publicaron en agosto de 2010, una propuesta sobre el desarrollo de la educación en Iberoamérica, titulada “2021 Metas Educativas”. El proyecto no se reduce a la formulación de metas, ni siquiera a su concreción por cada uno de los países, por importante que esto fuera, sino que incorpora otras dimensiones clave que le otorgan su pleno significado: la participación social, los programas de acción compartidos, la financiación, y el seguimiento y la evaluación de su desarrollo y ejecución.
A pesar de los progresos en el acceso a la educación, persiste una calidad educativa deficiente al tiempo que se mantienen profundas desigualdades, señala la OEI. Lo cierto es que después de varias décadas de reformas educativas apenas se ha avanzado. No parece que las reformas educativas impulsadas hasta aquí hayan logrado sus objetivos programáticos, por lo que es necesario plantearse nuevas estrategias capaces de conseguir con mayor acierto sus finalidades. Se trata de abordar con decisión, y de una vez y para siempre, retos aún no resueltos: analfabetismo, abandono escolar temprano, trabajo infantil, bajo rendimiento de los alumnos y escasa calidad de la oferta educativa pública. Se debe hacer con la voluntad de enfrentarse, al mismo tiempo, a las demandas exigentes de la sociedad de la información y del conocimiento: incorporación de las TIC en la enseñanza y en el aprendizaje, apuesta por la innovación y la creatividad, y desarrollo de la investigación y la ciencia.
El objetivo de conseguir escuelas inclusivas se ha convertido en una de las primeras aspiraciones de todos aquellos que defienden la equidad en la educación, asevera la OEI. Las escuelas para todos, sin exclusiones, en las que convivan y aprendan alumnos de distintas condiciones sociales, de diferentes culturas y con distintas capacidades e intereses, desde los más capaces hasta los que tienen alguna discapacidad, es un modelo ideal que motiva a muchas personas comprometidas con el cambio educativo.
La OEI propone las siguientes 28 metas específicas: 1, elevar la participación de los diferentes sectores sociales y su coordinación en proyectos educativos: familias, universidades y organizaciones públicas y privadas, sobre todo aquellas relacionadas con servicios de salud y promoción del desarrollo económico, social y cultural; 2, garantizar el acceso y la permanencia de todos los niños en el sistema educativo mediante la puesta en marcha de programas de apoyo y desarrollo de las familias para favorecer la permanencia de sus hijos en la escuela; 3, prestar apoyo especial a las minorías étnicas, poblaciones originarias, a las alumnas y al alumnado que vive en zonas urbanas marginales y en zonas rurales, para lograr la igualdad en la educación; 4, garantizar una educación intercultural bilingüe de calidad a los alumnos pertenecientes a minorías étnicas y pueblos originarios; 5, apoyo a la inclusión educativa del alumnado con necesidades educativas especiales mediante las adaptaciones y las ayudas precisas; 6, aumentar la oferta de educación inicial para niños de 0 a 6 años; 7, potenciar el carácter educativo de esta etapa temprana y garantizar una formación suficiente de los educadores que se responsabilizan de ella; 8, asegurar la escolarización de todos los niños en la educación primaria y en la educación secundaria básica en condiciones satisfactorias; 9, incrementar el número de jóvenes que finalizan la educación secundaria superior; 10, mejorar el nivel de adquisición de las competencias básicas y de los conocimientos fundamentales por parte de los alumnos; 11, potenciar la educación en valores para una ciudadanía democrática activa, tanto en el currículo como en la organización y gestión de las escuelas; 12, ofrecer un currículo que incorpore la lectura y el uso de la computadora en el proceso de enseñanza y aprendizaje, en el que la educación artística y la educación física tengan un papel relevante, y estimule el interés por la ciencia, el arte y el deporte entre los alumnos; 13, mejorar la dotación de bibliotecas y de computadoras en las escuelas; 14, ampliar el número de las escuelas de tiempo completo en primaria; 15, extender la evaluación integral de los centros escolares; 16, mejorar y adaptar el diseño de la educación técnico-profesional de acuerdo con las demandas laborales; 17, aumentar y mejorar los niveles de inserción laboral en el sector formal de los jóvenes egresados de la educación técnico-profesional; 18, garantizar el acceso a la educación a las personas jóvenes y adultas con mayores desventajas y necesidades; 19, incrementar la participación de los jóvenes y adultos en programas de formación continua presenciales y a distancia; 20, mejorar la formación inicial del profesorado de primaria y de secundaria; 21, favorecer la capacitación continua y el desarrollo de la carrera profesional docente; 22, apoyar la creación de redes universitarias para la oferta de posgrados, la movilidad de estudiantes e investigadores y la colaboración de investigadores iberoamericanos que trabajan fuera de la región; 23, reforzar la investigación científica y tecnológica y la innovación en la región; 24, aumentar el esfuerzo económico de cada país para el logro de las Metas Educativas 2021; 25, incrementar la solidaridad internacional con los países que manifiestan mayores dificultades; 26, fortalecer los sistemas de evaluación de cada uno de los países; 27, asegurar el seguimiento y la evaluación de este proyecto, y 28, fortalecer la participación de los distintos sectores sociales en el desarrollo y en la supervisión de este proyecto. Debemos señalar que cada meta tiene por los menos un indicador y un nivel de logro cuantitativo, que por espacio no podemos tratar.
También, la OEI calculó los costos de avanzar y cumplir con los compromisos educacionales (programas regulares, de alfabetización y educación básica para adultos, calidad e infraestructura educativa) asociados al proyecto Metas Educativas 2021. Para el conjunto de Iberoamérica, el costo de iniciar con el compromiso en 2011 no supera los 8 mil millones de dólares, lo que representa solo el 0,18% del PIB regional, y los aumentos posteriores equivalen en promedio a poco más del 0,12% del PIB.
Es imprescindible que en Morelos ajustemos nuestros planes educativos para cumplir plenamente con estas 28 metas educativas para el 2021, las generaciones futuras nos lo demandan.
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