publicado en La Jornada Morelos el 19 de septiembre de 2011
Mejorar la calidad educativa es una prioridad política y social en México debido a las altas tasas de pobreza, la fuerte desigualdad y el aumento de la criminalidad. Aunque ha habido una mejora educativa y un enfoque cada vez más importante en las políticas educativas en años recientes, todavía una alta proporción de jóvenes no finalizan la educación media superior y el desempeño de los estudiantes no es suficiente para proporcionar las habilidades que México necesita, como muestran los resultados de los exámenes PISA, entre otros indicadores.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicó en el 2010 el reporte Mejorar las escuelas: estrategias para la acción en México que tiene como objetivo ayudar a las autoridades educativas en México, y a las de otros países miembros de la OCDE, a fortalecer sus sistemas educativos. El informe se enfoca en las políticas públicas para optimizar la enseñanza, el liderazgo y la gestión escolar en las escuelas, con el fin de mejorar los resultados de los niños en educación básica. Es de gran relevancia que esta publicación desarrolla un marco comparativo de los factores claves de la política pública en escuelas y sistemas escolares exitosos, y lo adapta al contexto y la realidad en México. Plantea políticas públicas que se enfocan en la mejora de la enseñanza y el aprendizaje, incluyendo el currículum, las habilidades docentes, liderazgo y evaluación, y que toman en cuenta el contexto y las posibilidades de implementación.
El estudio presenta las siguientes 15 recomendaciones que proponen una estrategia de acción que busca dar más apoyo a las escuelas, directores y docentes para mejorar los resultados de las escuelas y los estudiantes: 1. México necesita definir claramente los estándares docentes para que esta profesión y la sociedad sepan cuáles son el conocimiento, las habilidades y los valores centrales asociados a una enseñanza eficaz: 2. Si se busca que la docencia en México adquiera el estatus de una profesión de alto nivel, el primer paso a dar es mejorar la calidad de los candidatos en las instituciones de formación inicial docente, especial pero no exclusivamente, en las escuelas Normales; 3. Las Normales públicas y privadas y otras instituciones de formación inicial docente necesitan mejorar sustancialmente si pretenden ser el principal medio del país para preparar a sus docentes. El primer paso debe ser establecer un sistema de estándares rigurosos para acreditar a todas las
Normales y demás instituciones de formación inicial; 4. México debe desarrollar y mejorar el Concurso Nacional de Asignación de Plazas Docentes; continuar la introducción del uso de instrumentos más auténticos basados en el desempeño para medir el conocimiento y las habilidades de los docentes; también mejorar la estructura de gobernanza de estos mecanismos; 5. Todas las plazas docentes (incluyendo las vacantes) deben abrirse a concurso, pues algunas son asignadas actualmente por una comisión mixta y otras a través del examen de acreditación; 6. Se deben crear periodos de inducción y de prueba ya que los primeros años de práctica son clave para la calidad docente, ya que existe una preocupación sobre la formación y la selección inicial docentes; 7. Actualmente, las opciones de desarrollo profesional se encuentran dispersas entre diversos proveedores y organizaciones, y los docentes señalan que los cursos no siempre responden a sus necesidades, muchos docentes financian sus propias opciones más allá de los cursos que ofrecen el gobierno o los estados; 8. México necesita con urgencia un sistema de evaluación docente basado en estándares; 9. Al igual que con los docentes, México necesita definir estándares claros de liderazgo y gestión para señalar a la profesión, y a la sociedad en general: el conocimiento esencial, las habilidades y los valores asociados a los directores de escuelas eficientes; 10. Las habilidades que requiere un director son distintas a las habilidades que requiere un docente, por lo que el sistema necesita preparar a los líderes usando estándares como punto de partida; 11. Las escuelas mexicanas trabajan generalmente como unidades independientes y, por lo tanto, muchas tienen capacidades limitadas para, entre otras tareas de gestión, acceder a los esquemas de desarrollo profesional de alta calidad basados en las necesidades de la escuela; 12. Para profesionalizar a los líderes y exigirles que rindan cuentas, es necesario que participen en las decisiones clave que ocurren en su escuela, tales como contratar o despedir docentes; 13. En la práctica, las escuelas no tienen casi ninguna autonomía o fondos que puedan asignar a sus prioridades, y hay una disparidad en los recursos disponibles para las escuelas en comunidades ricas y en comunidades pobres. La distribución de recursos debe ser equitativa, evitando las cargas burocráticas difíciles de sobrellevar para las escuelas; 14. Los consejos escolares pueden ser un recurso importante para mejorar la calidad escolar, pero el simple hecho de crearlos no generará alianzas sociales eficaces. Los consejos escolares necesitan tener poder o influencia real sobre aspectos importantes; así como suficiente información, formación y transparencia, y 15. Para reflejar y proponer estrategias de implementación, un comité general debería estar compuesto por los responsables de generar políticas educativas, por miembros de la academia altamente respetados, por docentes, así como por personalidades del sector público y de la sociedad civil, siendo una de sus principales tareas desarrollar un plan específico de implementación, considerando las prioridades e iniciativas existentes en México en coordinación con los estados.
En Morelos, la reforma educativa es muy importante para nuestro futuro y no debemos dejar solos a los educadores en esta tarea. Es urgente la creación de una “coalición orientadora” que incluya a los líderes políticos y universitarios, a los líderes del sector privado y de la sociedad civil. Sin olvidar los contextos social y laboral, la coalición debe impulsar estas reformas en la arena pública y hacerse cargo de su defensa para obtener el financiamiento adecuado y equitativo, así como exigir que los actores clave de la educación rindan cuentas de los resultados. Si tenemos una comunidad científica de clase mundial debemos tener una educación con la calidad equivalente.
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