La salud es factor primordial en el nivel y la calidad de vida, por lo que incide en todos los aspectos económicos y sociales de las personas y de la sociedad. Adicionalmente, cada vez se da más importancia a qué comemos como el sustento de un buen estado de salud. La desnutrición, especialmente durante la gestación y los primeros tres años de vida, aumenta el riesgo de morbilidad y mortalidad por enfermedades infecciosas, y afecta el crecimiento y el desarrollo mental, lo que se manifiesta por disminución en el desempeño escolar y en el rendimiento intelectual a lo largo de la vida. Las alteraciones en el equilibrio entre la ingestión de energía y el gasto energético resultan tanto en desnutrición como en sobrepeso u obesidad, que son un grave problema de salud pública.
A partir de la década de los ochenta, la Secretaría de Salud inició la operación de un esquema institucional para la elaboración sistemática de encuestas nacionales para conocer, de la manera más objetiva posible el comportamiento de diversas variables y determinantes de la salud. Las encuestas nacionales de salud son una herramienta sustantiva para generar información basada en evidencia científica que contribuya a proponer y mejorar las políticas públicas de salud. Los datos que arrojan permiten identificar la utilidad y el impacto de estrategias públicas en salud y posibilitan comparar los resultados de los programas de salud a nivel local, estatal, nacional e internacional. Estos ejercicios culminan en la integración de bases de datos organizadas e información relevante que permite identificar tendencias, así como evaluar el impacto y los resultados de las intervenciones, programas y acciones de salud.
El Instituto Nacional de Salud Pública, con sede en Cuernavaca publicó en diciembre de 2007, junto con la Secretaría de Salud, un importante estudio titulado Encuesta Nacional de Salud y Nutrición en 2006 que tiene alcance nacional y presenta información específica para cada estado de la República. Los coordinadores fueron Mario Henry Rodríguez, Eduardo Lazcano, Bernardo Hernández Prado y Carlos Oropeza Abúndez.
Esta encuesta consideró a mil 620 hogares morelenses de un total nacional de 48 mil 600 y a continuación presentaremos un breve listado de los aspectos más importantes donde los responsables del Sector Salud en el Estado de Morelos podrían haber tomado acciones prioritarias para mejorar la salud de los morelenses.
El 76.6 por ciento de los niños de un año de edad contaba con esquema completo de vacunación lo que nos ubicaba el lugar número 21, debajo de la media nacional, y la proporción de niños menores de 10 años que presentó enfermedad respiratoria aguda fue de 33.1 por ciento, lo que situaba a la entidad a sólo 11.5 puntos porcentuales de la entidad con peor resultado y 9.6 puntos porcentuales debajo del promedio nacional.
Con relación al uso de los siguientes servicios preventivos se encontraba debajo de la media nacional: detección de cáncer cervicouterino; realización de mastografías en mujeres adultas para la detección de cáncer de mama, y detección de hipertensión arterial en adultos. También, la proporción de uso de métodos de planificación familiar era menor al promedio nacional y el 50 por ciento de los adolescentes no utilizó condón en su primera relación sexual.
Con relación a la nutrición, una cuarta parte de los niños y niñas en edad escolar y un tercio de los adolescentes presentó exceso de peso, es decir, una combinación de sobrepeso más obesidad; siete de cada 10 adultos mayores de 20 años presentaba exceso de peso, y el 76 por ciento de la población mayor de 20 años tenía obesidad abdominal.
Los datos sobre el uso y calidad de los servicios señalaban que eran los médicos privados el principal proveedor de la atención ambulatoria; la principal razón para no tener atención médica fueron causas económicas; el porcentaje de población sin derecho a atención en instituciones de salud era mayor al encontrado para el ámbito nacional; uno de cada tres derechohabientes no pudo conseguir los medicamentos recetados en el lugar de atención, y más de la mitad de los usuarios tuvo que pagar por medicamentos y por el examen solicitado.
A pesar de que Morelos se encontraba por arriba del promedio nacional en afiliación al Seguro Popular, los datos obtenidos de la encuesta mostraban que el programa se encontraba sólo en fase de desarrollo. En particular, presentaba baja utilización de los servicios preventivos, que representan el eje sustantivo del programa.
¿El gobierno de Morelos ha establecido políticas públicas en el área de salud que contengan indicadores medibles para darles seguimiento puntual y garantizar la cobertura universal de sus ciudadanos? Sin nutrición apropiada en la infancia y sin salud no hay bases para el desarrollo.
30 jun 2010
21 jun 2010
Disponibilidad de agua
El agua está involucrada en todos los aspectos sociales, económicos, ambientales, políticos y culturales del ser humano. El crecimiento demográfico, el rápido proceso de urbanización e industrialización, la expansión de la agricultura y el cambio climático ejercen una presión cada vez mayor sobre la disponibilidad de agua. Se considera que los problemas más importantes que tendrá la humanidad en el futuro cercano estarán relacionados con su consumo. La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) con sede en Morelos y el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) nos proporcionan información rica y confiable para saber la situación actual y tendencial de la gestión del agua.
De la disponibilidad de agua promedio anual en el mundo, el 97.5% es agua salada y sólo el 2.5%, ó 35 mil billones de metros cúbicos, es agua dulce. De esta cantidad casi el 70% no está disponible para consumo humano porque se encuentra en los glaciares, en la nieve y en el hielo. Sólo una pequeña porción se encuentra en lagos, ríos, humedad del suelo y depósitos subterráneos relativamente poco profundos; y además, mucha se encuentra lejos de las zonas pobladas, lo cual dificulta o vuelve imposible su utilización efectiva.
Anualmente México recibe del orden de 1.5 billones de metros cúbicos de agua en forma de precipitación. De esta agua, el 72.5% se evapotranspira y regresa a la atmósfera, el 22.1% escurre por los ríos o arroyos y el 5.4% restante se infiltra al subsuelo y recarga los acuíferos, de tal forma que anualmente el país cuenta con 458 mil millones de metros cúbicos de agua dulce renovable, lo que se denomina disponibilidad natural media.
La precipitación pluvial constituye una parte importante del ciclo hidrológico, ya que produce el agua renovable del planeta. Si consideramos como indicador la cantidad de agua renovable per cápita de un país, resulta que México se encuentra en el lugar número 88 de 177 países de los cuales se dispone de información. Si ahora consideramos la extracción total de agua, México se encuentra en el lugar octavo, extrayendo 79.8 mil millones de metros cúbicos por año y dedica el 76.8% al uso agrícola, 14.0% al uso industrial y 9.2% al abastecimiento público.
La precipitación pluvial promedio anual histórica en diferentes ciudades del Estado es, en mm: Jojutla 829, Cuautla 865, Tetela del Volcán 1076, Cuernavaca 1189 y Huitzilac 1510.
También contamos con el sexto lago más importante del país, Tequesquitengo, con un área de 8 kilómetros cuadrados y una capacidad de almacenamiento de 160 millones de metros cúbicos, y además están las Lagunas de Coatetelco y El Rodeo.
La situación de los principales acuíferos de Morelos es variada, en Cuernavaca se tiene equilibrio entre extracción y recarga, en Cuatla-Yautepec y Zacatepec los acuíferos están sub-explotados, y el de Tepalcingo-Axochiapan se encuentra sobre-explotado.
La mayoría de las ciudades se abastecen de agua subterránea que se bombea y distribuye a través de redes cuya eficiencia de operación es muy baja, del 40%.
En 2008, el uso de agua en Morelos correspondía a 74.4% agrícola, 21.0% abastecimiento público y 4.6% a la industrial. Y su origen proviene 71% de aguas superficiales y 29% de subterránea. No se contaba con plantas de tratamiento municipales, pero sí con 32 de aguas residuales municipales y 83 de aguas residuales industriales.
En una perspectiva a largo plazo, se deben considerar: dotación y reserva para satisfacer futuras necesidades; dimensiones óptimas de plantas potabilizadoras y el tamaño de los organismos operadores proveedores del servicio; nivel de confianza de estos organismos operadores para responden a situaciones de escasez y de emergencia; impacto de la política y programas sobre el uso del agua a largo plazo; impacto en los beneficios y costos del agua como insumo económico, y potencial y limitaciones en la administración del agua.
Asimismo, los factores de mayor peso sobre la demanda de agua son: crecimiento de la población, empleo, ciclos económicos, tecnología, clima, el precio del agua, uso eficiente y programas de conservación; así como deterioro de la infraestructura, contaminación de las fuentes y aparición de catástrofes naturales.
Conagua, considerando un escenario tendencial, al sólo incluir el crecimiento poblacional y las dotaciones promedio estatales en el periodo 1993-2008, estima para el año 2025 un volumen de agua concesionado promedio per cápita esperado de 120.8 metros cúbicos, para nuestro país, 8% superior respecto a 2008. Por arriba del promedio esperado se encuentra Morelos con 426 millones de metros cúbico (3% del nacional) para uso doméstico y 472 millones de metros cúbicos (0.7% del nacional) para uso agrícola.
Creemos un escenario futuro con mejor disponibilidad de agua en Morelos al seguir las 67 recomendaciones para ahorrar agua que nos propone el IMTA (www.imta.mx).
De la disponibilidad de agua promedio anual en el mundo, el 97.5% es agua salada y sólo el 2.5%, ó 35 mil billones de metros cúbicos, es agua dulce. De esta cantidad casi el 70% no está disponible para consumo humano porque se encuentra en los glaciares, en la nieve y en el hielo. Sólo una pequeña porción se encuentra en lagos, ríos, humedad del suelo y depósitos subterráneos relativamente poco profundos; y además, mucha se encuentra lejos de las zonas pobladas, lo cual dificulta o vuelve imposible su utilización efectiva.
Anualmente México recibe del orden de 1.5 billones de metros cúbicos de agua en forma de precipitación. De esta agua, el 72.5% se evapotranspira y regresa a la atmósfera, el 22.1% escurre por los ríos o arroyos y el 5.4% restante se infiltra al subsuelo y recarga los acuíferos, de tal forma que anualmente el país cuenta con 458 mil millones de metros cúbicos de agua dulce renovable, lo que se denomina disponibilidad natural media.
La precipitación pluvial constituye una parte importante del ciclo hidrológico, ya que produce el agua renovable del planeta. Si consideramos como indicador la cantidad de agua renovable per cápita de un país, resulta que México se encuentra en el lugar número 88 de 177 países de los cuales se dispone de información. Si ahora consideramos la extracción total de agua, México se encuentra en el lugar octavo, extrayendo 79.8 mil millones de metros cúbicos por año y dedica el 76.8% al uso agrícola, 14.0% al uso industrial y 9.2% al abastecimiento público.
La precipitación pluvial promedio anual histórica en diferentes ciudades del Estado es, en mm: Jojutla 829, Cuautla 865, Tetela del Volcán 1076, Cuernavaca 1189 y Huitzilac 1510.
También contamos con el sexto lago más importante del país, Tequesquitengo, con un área de 8 kilómetros cuadrados y una capacidad de almacenamiento de 160 millones de metros cúbicos, y además están las Lagunas de Coatetelco y El Rodeo.
La situación de los principales acuíferos de Morelos es variada, en Cuernavaca se tiene equilibrio entre extracción y recarga, en Cuatla-Yautepec y Zacatepec los acuíferos están sub-explotados, y el de Tepalcingo-Axochiapan se encuentra sobre-explotado.
La mayoría de las ciudades se abastecen de agua subterránea que se bombea y distribuye a través de redes cuya eficiencia de operación es muy baja, del 40%.
En 2008, el uso de agua en Morelos correspondía a 74.4% agrícola, 21.0% abastecimiento público y 4.6% a la industrial. Y su origen proviene 71% de aguas superficiales y 29% de subterránea. No se contaba con plantas de tratamiento municipales, pero sí con 32 de aguas residuales municipales y 83 de aguas residuales industriales.
En una perspectiva a largo plazo, se deben considerar: dotación y reserva para satisfacer futuras necesidades; dimensiones óptimas de plantas potabilizadoras y el tamaño de los organismos operadores proveedores del servicio; nivel de confianza de estos organismos operadores para responden a situaciones de escasez y de emergencia; impacto de la política y programas sobre el uso del agua a largo plazo; impacto en los beneficios y costos del agua como insumo económico, y potencial y limitaciones en la administración del agua.
Asimismo, los factores de mayor peso sobre la demanda de agua son: crecimiento de la población, empleo, ciclos económicos, tecnología, clima, el precio del agua, uso eficiente y programas de conservación; así como deterioro de la infraestructura, contaminación de las fuentes y aparición de catástrofes naturales.
Conagua, considerando un escenario tendencial, al sólo incluir el crecimiento poblacional y las dotaciones promedio estatales en el periodo 1993-2008, estima para el año 2025 un volumen de agua concesionado promedio per cápita esperado de 120.8 metros cúbicos, para nuestro país, 8% superior respecto a 2008. Por arriba del promedio esperado se encuentra Morelos con 426 millones de metros cúbico (3% del nacional) para uso doméstico y 472 millones de metros cúbicos (0.7% del nacional) para uso agrícola.
Creemos un escenario futuro con mejor disponibilidad de agua en Morelos al seguir las 67 recomendaciones para ahorrar agua que nos propone el IMTA (www.imta.mx).
14 jun 2010
Elevar la competitividad
En el mundo económico globalizado la competitividad se ha vuelto uno de los indicadores económicos más importantes para describir el avance de una sociedad. Debemos entenderlo, en sus bondades y en sus limitaciones y no confundirlo con la productividad, que es aumentar la eficiencia o bajar los costos de producción en una empresa.
En 2003, los grupos empresariales más importantes del país crearon el Instituto Mexicano para la Competitividad, AC, (IMCO) con la finalidad de dar seguimiento a las acciones de Gobierno, tanto federal como estatal o municipal, para señalar errores y plantear propuestas que ayuden a desarrollar a este sector. Definen a la competitividad como la capacidad para atraer y retener inversiones y talento. Además, establecen seis niveles para la competitividad: alta, aceptable, media alta, media baja, baja y muy baja. Sin lugar a dudas el sesgo es economicista pero hay que analizar sus resultados y recomendaciones, ya que sus estudios son de gran calidad profesional.
El IMCO ha publicado un estudio sobre la Competitividad Urbana 2010: acciones urgentes para las ciudades del futuro, en donde estudiaron 86 ciudades mexicanas por medio del análisis de 10 factores de competitividad con base en 111 variables, y las evaluaron en los años 2006 y 2008. Cuautla y Cuernavaca fueron las únicas ciudades morelenses consideradas. ¿En qué nivel estará su competitividad?
Con relación al factor Sistema de derecho confiable y objetivo que califica la existencia y comportamiento de reglas claras y libertades suficientes para un desempeño económico vigoroso y ordenado: en 2006 Cuautla y Cuernavaca tenían una competitividad media baja y para 2008 las dos habían disminuido a baja.
Con relación al factor Manejo sustentable del medio ambiente que califica tanto el estado de conservación ambiental como la tasa de degradación de los principales activos ambientales y su interacción con las actividades productivas y de consumo: en 2006 Cuernavaca tenía una competitividad Adecuada y Cuautla medio baja y para 2008 Cuernavaca había bajado a medio alta y Cuautla se mantuvo.
Con relación a Sociedad incluyente, preparada y sana que califica el bienestar y las capacidades de la fuerza laboral y de la población en general como una aproximación de la calidad del capital humano: en 2006 Cuernavaca estaba en medio alta y Cuautla en medio baja y para 2008 se mantuvieron igual.
Con relación a Economía estable y dinámica que se refiere al clima propicio y estable que ofrece certidumbre a inversionistas, empresas e individuos para planear y tomar las decisiones de corto y largo plazo: en 2006 Cuernavaca estaba en medio alta y Cuautla en medio baja y para 2008 se mantuvieron igual.
Con relación a Sistema político estable y funcional que califica la calidad del sistema político a través de aspectos básicos como legitimidad, estabilidad y efectividad: en 2006 Cuautla y Cuernavaca tenían una competitividad medio alta y para 2008 Cuautla subió a alta y Cuernavaca se mantuvo.
Con relación a Mercado de factores eficientes que califica la eficiencia con la cual los mercados de insumos surten a las actividades productivas (industria y servicios) de mano de obra, energéticos y bienes de capital: en 2006 Cuautla tenía calificación medio baja y Cuernavaca baja y para 2008 se mantuvieron igual.
Con relación a Sectores precursores de clase mundial que mide la calidad, eficiencia y costos de los sectores de transporte, telecomunicación y financiero: en 2006 Cuernavaca calificó en media alta y Cuautla medio baja y para 2008 Cuernavaca descendió a Medio Baja y Cuautla se mantuvo igual
Con relación a Gobiernos eficientes y eficaces que mide cómo afecta de manera directa o indirecta el desempeño del gobierno a los mercados, a través de políticas específicas, regulación, esquemas impositivos o niveles de gasto: en 2006 Cuernavaca tuvo una competitividad media baja y Cuautla baja y para 2008 ambas ciudades subieron un nivel.
Con relación a Aprovechamiento de las relaciones internacionales que califican en qué medida se capitalizan el turismo, el comercio exterior y los flujos de capitales: en 2006 Cuautla tuvo una competitividad medio alta y Cuernavaca medio baja y para 2008 se mantuvieron igual.
Finalmente, con relación a Sectores económicos en vigorosa competencia que califica la capacidad innovadora y su adaptación a la nueva economía de las empresas, así como la inversión en investigación y desarrollo: en 2006 Cuernavaca tuvo una competitividad medio alta y Cuautla baja y para 2008 se mantuvieron igual.
Para mejorar la competitividad de las zonas urbanas en México, el IMCO recomienda diez acciones enmarcadas en seis áreas fundamentales: seguridad, gestión del agua, sistemas de transporte, oferta educativa, facilidad para hacer negocios, y finanzas públicas sanas y transparencia gubernamental.
¿Cómo considera que resulte la competitividad de Morelos en 2010? que ya está definida. Y ¿qué se estará haciendo para elevar nuestra competitividad en 2012?
En 2003, los grupos empresariales más importantes del país crearon el Instituto Mexicano para la Competitividad, AC, (IMCO) con la finalidad de dar seguimiento a las acciones de Gobierno, tanto federal como estatal o municipal, para señalar errores y plantear propuestas que ayuden a desarrollar a este sector. Definen a la competitividad como la capacidad para atraer y retener inversiones y talento. Además, establecen seis niveles para la competitividad: alta, aceptable, media alta, media baja, baja y muy baja. Sin lugar a dudas el sesgo es economicista pero hay que analizar sus resultados y recomendaciones, ya que sus estudios son de gran calidad profesional.
El IMCO ha publicado un estudio sobre la Competitividad Urbana 2010: acciones urgentes para las ciudades del futuro, en donde estudiaron 86 ciudades mexicanas por medio del análisis de 10 factores de competitividad con base en 111 variables, y las evaluaron en los años 2006 y 2008. Cuautla y Cuernavaca fueron las únicas ciudades morelenses consideradas. ¿En qué nivel estará su competitividad?
Con relación al factor Sistema de derecho confiable y objetivo que califica la existencia y comportamiento de reglas claras y libertades suficientes para un desempeño económico vigoroso y ordenado: en 2006 Cuautla y Cuernavaca tenían una competitividad media baja y para 2008 las dos habían disminuido a baja.
Con relación al factor Manejo sustentable del medio ambiente que califica tanto el estado de conservación ambiental como la tasa de degradación de los principales activos ambientales y su interacción con las actividades productivas y de consumo: en 2006 Cuernavaca tenía una competitividad Adecuada y Cuautla medio baja y para 2008 Cuernavaca había bajado a medio alta y Cuautla se mantuvo.
Con relación a Sociedad incluyente, preparada y sana que califica el bienestar y las capacidades de la fuerza laboral y de la población en general como una aproximación de la calidad del capital humano: en 2006 Cuernavaca estaba en medio alta y Cuautla en medio baja y para 2008 se mantuvieron igual.
Con relación a Economía estable y dinámica que se refiere al clima propicio y estable que ofrece certidumbre a inversionistas, empresas e individuos para planear y tomar las decisiones de corto y largo plazo: en 2006 Cuernavaca estaba en medio alta y Cuautla en medio baja y para 2008 se mantuvieron igual.
Con relación a Sistema político estable y funcional que califica la calidad del sistema político a través de aspectos básicos como legitimidad, estabilidad y efectividad: en 2006 Cuautla y Cuernavaca tenían una competitividad medio alta y para 2008 Cuautla subió a alta y Cuernavaca se mantuvo.
Con relación a Mercado de factores eficientes que califica la eficiencia con la cual los mercados de insumos surten a las actividades productivas (industria y servicios) de mano de obra, energéticos y bienes de capital: en 2006 Cuautla tenía calificación medio baja y Cuernavaca baja y para 2008 se mantuvieron igual.
Con relación a Sectores precursores de clase mundial que mide la calidad, eficiencia y costos de los sectores de transporte, telecomunicación y financiero: en 2006 Cuernavaca calificó en media alta y Cuautla medio baja y para 2008 Cuernavaca descendió a Medio Baja y Cuautla se mantuvo igual
Con relación a Gobiernos eficientes y eficaces que mide cómo afecta de manera directa o indirecta el desempeño del gobierno a los mercados, a través de políticas específicas, regulación, esquemas impositivos o niveles de gasto: en 2006 Cuernavaca tuvo una competitividad media baja y Cuautla baja y para 2008 ambas ciudades subieron un nivel.
Con relación a Aprovechamiento de las relaciones internacionales que califican en qué medida se capitalizan el turismo, el comercio exterior y los flujos de capitales: en 2006 Cuautla tuvo una competitividad medio alta y Cuernavaca medio baja y para 2008 se mantuvieron igual.
Finalmente, con relación a Sectores económicos en vigorosa competencia que califica la capacidad innovadora y su adaptación a la nueva economía de las empresas, así como la inversión en investigación y desarrollo: en 2006 Cuernavaca tuvo una competitividad medio alta y Cuautla baja y para 2008 se mantuvieron igual.
Para mejorar la competitividad de las zonas urbanas en México, el IMCO recomienda diez acciones enmarcadas en seis áreas fundamentales: seguridad, gestión del agua, sistemas de transporte, oferta educativa, facilidad para hacer negocios, y finanzas públicas sanas y transparencia gubernamental.
¿Cómo considera que resulte la competitividad de Morelos en 2010? que ya está definida. Y ¿qué se estará haciendo para elevar nuestra competitividad en 2012?
8 jun 2010
Mejoremos nuestra calidad de vida
En las últimas semanas, algunos servidores públicos tanto federales como estatales y municipales han expresado su interés por mejorar la calidad de vida de los mexicanos. Algunos lo hacen con preocupación honesta y otros porque saben que no hay ni habrá desarrollo económico y tratan de desviar la atención hacia otros temas. Éste es un concepto abstracto y debemos establecer claramente su significado y en qué sentidos se utiliza. Además, tiene una interpretación muy diferente cuando lo emplean personas que viven en países ricos y cuyas necesidades vitales están satisfechas, que cuando lo emplean otras cuya principal preocupación es cómo y dónde alimentarse el día de hoy, como sucede en los países subdesarrollados.
Entre los científicos sociales hay discusión sobre los conceptos de crecimiento y desarrollo, que son los más generales utilizados para analizar el avance de una sociedad hacia mejores estadíos, y cómo mejorar la calidad de vida.
El crecimiento se mide con un solo parámetro, el Producto Interno Bruto per cápita. Este parámetro integra la suma de todos los bienes y servicios finales producidos por un país en un año, dividido por la población promedio del mismo año. Sin embargo, al principio de la década de los noventa, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) empezó a trabajar con el concepto del Índice de Desarrollo Humano (IDH) para medir el desarrollo, que incluye conceptos adicionales al avance económico como la salud y la educación. El propósito final del desarrollo se encuentra en cada uno de sus habitantes y en las posibilidades que ellos tienen para elegir una vida en la que puedan realizar a plenitud su potencial como seres humanos. Los factores fundamentales que permiten a las personas ser libres en ese sentido, son la posibilidad de alcanzar una vida larga y saludable, poder adquirir conocimientos individual y socialmente valiosos, y tener la oportunidad de obtener los recursos necesarios para disfrutar un nivel de vida decoroso. En el núcleo del concepto de desarrollo humano se encuentran las personas y sus oportunidades, no la riqueza que poseen, el ingreso que devengan, o las mercancías y servicios que consumen
El IDH es exitoso por su simplicidad, combina tres elementos: condiciones de salud (indicado por la esperanza de vida), educación alcanzada (medida por el analfabetismo y las tasas de matriculación) y el ingreso (representado por el logaritmo del PIB per cápita). El valor del IDH es un promedio normalizado de dichos valores. Según el PNUD, en 2007, México ocupaba el lugar 55 de 182 países con un IDH de 0.854. En comparación, los dos primeros lugares eran Noruega con 0.971 y Australia con 0.970 y los dos últimos eran Afganistán con 0.352 y Níger con 0.340.
En México, el Consejo Nacional de Población retoma este concepto y evalúa a los estados y municipios, con elementos ligeramente modificados. En el año 2000, el Estado de Morelos se encontraba en el lugar 17 de las 32 entidades federativas con un valor de 0.789, mientras que el primero era el Distrito Federal con 0.871 y el último Chiapas con 0.693; el promedio nacional fue de 0.791. Los únicos municipios en el estado de Morelos que clasifican con un IDH bueno (superior a 0.820) son Axochiapan, Cuernavaca, Jiutepec, Jojutla y Zacatepec.
A pesar de ser un gran esfuerzo internacional y nacional, el Índice de Desarrollo Humano no puede medir la calidad de vida, son muy pocos indicadores. Este esfuerzo se puede hacer exclusivamente a nivel local y ya existen varias ciudades en el mundo que han seleccionado sus propios indicadores y los evalúan anualmente, de tal forma que tienen imágenes del avance de sus ciudadanos y sociedad. Ejemplos son Jacksonville, Seattle, Sacramento, Ontario y Barcelona.
En la Ciudad de Jacksonville en Estados Unidos, hace 25 años seleccionaron indicadores que consideraron significativos y útiles entre cientos de ciudadanos y autoridades; y reflejaban una mezcla de ideales (lo que nos gustaría medir) y de pragmatismo (lo que somos posibles de medir). Tomados en su conjunto establecen un programa de desarrollo de la comunidad. Así, la calidad de vida se refiere al sentimiento de bienestar y satisfacción que resulta de avanzar en nueve factores, que agrupan a 111 indicadores cuantitativos y cualitativos: alcanzar excelencia educativa; establecer una economía vigorosa; preservar el medio ambiente; promover un bienestar social sin desigualdades; disfrutar el arte, la cultura y la recreación; tener una comunidad saludable; mantener un gobierno responsable e involucrado; transportarse de manera eficiente y lograr una comunidad segura.
¿Por qué no definimos ya nuestros factores e indicadores para cada ciudad en Morelos?
Entre los científicos sociales hay discusión sobre los conceptos de crecimiento y desarrollo, que son los más generales utilizados para analizar el avance de una sociedad hacia mejores estadíos, y cómo mejorar la calidad de vida.
El crecimiento se mide con un solo parámetro, el Producto Interno Bruto per cápita. Este parámetro integra la suma de todos los bienes y servicios finales producidos por un país en un año, dividido por la población promedio del mismo año. Sin embargo, al principio de la década de los noventa, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) empezó a trabajar con el concepto del Índice de Desarrollo Humano (IDH) para medir el desarrollo, que incluye conceptos adicionales al avance económico como la salud y la educación. El propósito final del desarrollo se encuentra en cada uno de sus habitantes y en las posibilidades que ellos tienen para elegir una vida en la que puedan realizar a plenitud su potencial como seres humanos. Los factores fundamentales que permiten a las personas ser libres en ese sentido, son la posibilidad de alcanzar una vida larga y saludable, poder adquirir conocimientos individual y socialmente valiosos, y tener la oportunidad de obtener los recursos necesarios para disfrutar un nivel de vida decoroso. En el núcleo del concepto de desarrollo humano se encuentran las personas y sus oportunidades, no la riqueza que poseen, el ingreso que devengan, o las mercancías y servicios que consumen
El IDH es exitoso por su simplicidad, combina tres elementos: condiciones de salud (indicado por la esperanza de vida), educación alcanzada (medida por el analfabetismo y las tasas de matriculación) y el ingreso (representado por el logaritmo del PIB per cápita). El valor del IDH es un promedio normalizado de dichos valores. Según el PNUD, en 2007, México ocupaba el lugar 55 de 182 países con un IDH de 0.854. En comparación, los dos primeros lugares eran Noruega con 0.971 y Australia con 0.970 y los dos últimos eran Afganistán con 0.352 y Níger con 0.340.
En México, el Consejo Nacional de Población retoma este concepto y evalúa a los estados y municipios, con elementos ligeramente modificados. En el año 2000, el Estado de Morelos se encontraba en el lugar 17 de las 32 entidades federativas con un valor de 0.789, mientras que el primero era el Distrito Federal con 0.871 y el último Chiapas con 0.693; el promedio nacional fue de 0.791. Los únicos municipios en el estado de Morelos que clasifican con un IDH bueno (superior a 0.820) son Axochiapan, Cuernavaca, Jiutepec, Jojutla y Zacatepec.
A pesar de ser un gran esfuerzo internacional y nacional, el Índice de Desarrollo Humano no puede medir la calidad de vida, son muy pocos indicadores. Este esfuerzo se puede hacer exclusivamente a nivel local y ya existen varias ciudades en el mundo que han seleccionado sus propios indicadores y los evalúan anualmente, de tal forma que tienen imágenes del avance de sus ciudadanos y sociedad. Ejemplos son Jacksonville, Seattle, Sacramento, Ontario y Barcelona.
En la Ciudad de Jacksonville en Estados Unidos, hace 25 años seleccionaron indicadores que consideraron significativos y útiles entre cientos de ciudadanos y autoridades; y reflejaban una mezcla de ideales (lo que nos gustaría medir) y de pragmatismo (lo que somos posibles de medir). Tomados en su conjunto establecen un programa de desarrollo de la comunidad. Así, la calidad de vida se refiere al sentimiento de bienestar y satisfacción que resulta de avanzar en nueve factores, que agrupan a 111 indicadores cuantitativos y cualitativos: alcanzar excelencia educativa; establecer una economía vigorosa; preservar el medio ambiente; promover un bienestar social sin desigualdades; disfrutar el arte, la cultura y la recreación; tener una comunidad saludable; mantener un gobierno responsable e involucrado; transportarse de manera eficiente y lograr una comunidad segura.
¿Por qué no definimos ya nuestros factores e indicadores para cada ciudad en Morelos?
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