El conocimiento es poder
transformar un conjunto de información en "saber
qué", "saber cómo" o "saber dónde". Las redes de conocimiento
son aquellas que vinculan a los científicos, tecnólogos, innovadores,
encargados de las políticas públicas, representantes de organizaciones no
gubernamentales y miembros de la sociedad civil para intercambiar información
de utilidad en situaciones específicas. En estas redes se coopera para buscar
formas de impulsar nuevas iniciativas y también encontrar mecanismos y
criterios de evaluación para avanzar en la efectividad de dichas iniciativas.
Las redes cumplen tres aspectos fundamentales: generan y difunden información,
evalúan la efectividad de las estrategias públicas e inician esfuerzos locales
sin esperar por ayuda a nivel nacional.
David L. Feldman, del Departamento de Planeación,
Políticas y Diseño, en la Universidad de California, Irvine, Estados Unidos,
escribió sobre “El futuro de las redes ambientales: gobernanza y sociedad civil
en un contexto global” en la Revista Futures (The future of environmental networks—Governance
and civil society in a
global
context, Futures 44 (2012) 787–796, 2012 Published by Elsevier Ltd., http://dx.doi.org/10.1016/j.futures.2012.07.007). Él propone que, para
alcanzar la gobernanza ambiental global, las redes de conocimiento impulsadas
por una sociedad civil descentralizada permitan manejar problemas regionales de
naturaleza transfronteriza. Su propósito es conectar personas de todas las
ocupaciones y áreas disciplinarias al proveerlas continuamente de información y
comunicarlas con especialistas técnicos e innovadores de políticas públicas, en
áreas tales como: clima, agua, biodiversidad, calidad del agua y energía.
El argumento del
autor considera que mientras se han necesitado por mucho tiempo los medios
novedosos para colaborar y enfrentar problemas ambientales globales, las
oportunidades específicas se han presentado sólo en los últimos 25 años, como
resultado de acciones locales o regionales para difundir conocimientos y
experiencias sobre prevención, mitigación y adaptación al cambio climático
global. Existe una tendencia llamada “glocal”, que aplica conocimientos
globales a situaciones particulares en localidades. Sin embargo, los
conocimientos científicos y las herramientas para predecir y administrar
cambios climáticos no han sido utilizadas efectivamente por los tomadores de
decisiones locales.
Existen tres formas de promover estas redes de
conocimiento, según el autor: las conferencias internacionales sobre ambiente y
desarrollo, desde 1990, han impulsado y fomentado que los países en desarrollo reestructuren
sus planes nacionales en la materia para incorporar efectivamente la toma de
decisión a nivel local en la planeación e implantación de estas actividades,
con la participación de grupos comunitarios y de especialistas científicos;
también y de acuerdo con la Agenda 21, se han fortalecido los llamados planes
locales ampliados que permiten la participación de la población indígena de la
localidad en las decisiones ambientales, y finalmente la participación decidida
de los habitantes y autoridades de ciudades y regiones que se consideran muy vulnerables
a los impactos del cambio climático global, a través de una gestión adaptativa
que toma medidas drásticas, por ejemplo, en el sector del transporte.
El rápido crecimiento del conocimiento científico ha sido
un factor fundamental para el fortalecimiento de este tipo de redes, indica el
autor. Los científicos que trabajan en el clima han tenido un gran avance en su
habilidad para predecir la variabilidad de fenómenos globales como la
“corriente del niño” o el volumen de agua en el ciclo del agua –precipitación
de lluvias, escurrimientos y evaporaciones- con un año de anticipación. Esta
información resulta fundamental para reducir la vulnerabilidad de la población
en cualquier lugar del planeta de inundaciones o sequías. El papel de las redes
de conocimiento ha servido como traductor entre disciplinas y como mediador
entre los generadores y los usuarios de la información; es decir, entre
científicos y autoridades locales. En el futuro, esta traducción y mediación, y
por lo tanto este tipo de redes, se volverán imprescindibles en la medida que
las herramientas de predicción se vuelvan más complejas y la necesidad de tomar
medidas correctivas se vuelva más urgente.
En Morelos, las redes de conocimiento se volverán más
importantes con relación a la gobernanza de conflictos ambientales y sus
implicaciones económicas, que las acciones gubernamentales con posibles
limitaciones burocráticas. La expansión futura de este tipo de redes está
garantizada ya que tienen la habilidad de poder identificar y atacar problemas
locales de manera multidisciplinaria y de acercar actores con intereses
divergentes pero comprometidos con disminuir los riesgos y la vulnerabilidad de
su comunidad. Es más fácil encontrar acciones pragmáticas para el beneficio
común, sobretodo si se tiene uno de los más importantes conjuntos de
investigación, desarrollo e innovación del país.