publicado en La Jornada Morelos el 29 de diciembre de 2014.
En términos
generales, se entiende a la gobernanza como el ejercicio del poder político
para manejar los asuntos de una comunidad. La calidad de la gobernanza, tratada
algunas veces como el equivalente al funcionamiento del gobierno, se refiere a
la calidad en el ejercicio de este poder y a la calidad en su gestión; que
puede incluir, pero no está limitada a, los resultados en términos de los
bienes y servicios que reciben los ciudadanos.
Rachel Gisselquist, politóloga en el Instituto Mundial de
Investigaciones sobre Desarrollo Económico, de la Universidad de Naciones
Unidas, escribió sobre el “Desarrollo y evaluación de índices de gobernanza:
diez preguntas”. (Rachel M. Gisselquist (2014) Developing and evaluating
governance indexes: 10 questions, Policy Studies, 35:5, 513-531, DOI:
10.1080/01442872.2014.946484). En el artículo propone un marco de referencia
basado en 10 preguntas para guiar el desarrollo y la evaluación de dichos índices.
La medición es uno de los temas más tratados en la literatura sobre
gobernanza, indica la autora. Algunos trabajos destacan la identificación de más
de 100 indicadores a nivel de país y las bases de datos sirven para medir la
gobernanza global o alguno de sus componentes específicos. La autora considera que la metodología básica de las
ciencias sociales provee el esquema central para evaluar los índices de
gobernanza, en un total de 10 preguntas: formación del concepto, validación del
contenido, confiabilidad, reproducibilidad, solidez, relevancia en
investigación, complejidad descriptiva, concordancia teórica, precisión en
estimaciones, y valores relativos apropiados.
Pregunta 1. ¿Qué
precisamente se pretende medir? La especificación del concepto es necesaria ya
que normalmente éste será un tema de controversia y un entendimiento
generalizado no puede ser asumido. En particular, se debe aclarar la diferencia
conceptual entre gobernanza y democracia o desarrollo.
Pregunta 2.
Validación del contenido. ¿Captura la definición operacional el concepto? Una
vez que un concepto se ha especificado apropiadamente, el siguiente paso lógico
es establecer su operabilidad; es decir, debe identificar las componentes que
se deben incluir en la medición y especificar cómo éstas se unen de manera
consistente con el concepto central. El concepto de gobernanza es
multidimensional, por lo que involucra varias categorías, subcategorías e
indicadores. Los últimos deben tener índices que son datos numéricos.
Pregunta 3. ¿Qué
tan confiables, válidos y completos son los datos? Los índices técnicamente
complejos pueden obscurecer un principio básico: la calidad de una medición
para capturar una realidad empírica está limitada por la calidad de los datos
usados para construirla (es decir, si los datos son malos, también lo será el
resultado). La validación se refiere a si la medición refleja con precisión lo
que se pretende capturar. Confiabilidad se refiere a la consistencia en la
medición.
Pregunta 4. ¿Es
la medición, incluyendo todas sus subcomponentes, transparente y reproducible? En
general, sólo se dan resultados finales, cifras o jerarquías, sin explicitar
los datos y métodos utilizados. Así, esta falta de transparencia significa
abandonar el principio básico de las ciencias sociales, la reproducibilidad. Se
debe ser totalmente transparente, a pesar del riesgo de que nos encuentren más
fácilmente los errores.
Pregunta 5. ¿Qué
tan sensibles y robustas son las mediciones a diferentes datos y criterios de
diseño? Las mediciones de la gobernanza no son, ciertamente, una ciencia exacta.
Así, los índices bien diseñados deben describir y justificar las elecciones
tomadas en el camino y examinar el impacto de éstas en lo robusto de los
resultados, mostrando que no se llegó a unos resultados predeterminados por su
interés político o social.
Pregunta 6. ¿Permiten
estas mediciones responder a asuntos claves de interés? Los usuarios de
indicadores deben considerar si éstos capturan empíricamente lo que está bajo
investigación, incluyendo coberturas regionales y temporales, y el nivel del
análisis. También, la habilidad predictiva del indicador es importante.
Pregunta 7. ¿Captura
plenamente la medición toda la complejidad de la gobernanza? Los índices pueden
ser demasiado sencillos y no agregan mucho a la mejora de la gobernanza,
entonces deberían de incluir más componentes pero ¿hasta qué nivel? Recordemos
que la medición es para comparar dos o más situaciones, ¿están lo
suficientemente diferenciadas?
Pregunta 8. ¿Se
comporta la medición como la teoría predice? La teoría es importante en las
mediciones gubernamentales rigurosas en el sentido de que las mediciones deben
ser desarrolladas con referencia y dentro de un marco metodológico específico,
y que puedan ser usadas para probar propuestas teóricas.
Pregunta 9. ¿Qué
tan precisos son los valores de los índices y si se especifican intervalos de
confianza? La mayoría de los índices de gobernanza producen cifras globales que
son imprecisas e inciertas. Así, la mayoría de las diferencias en valores y
jerarquías no son significativas. Por lo tanto, se deben reportar intervalos de
confianza y márgenes de error, en adición a las estimaciones puntuales.
Pregunta 10. ¿Es
correcta la valorización relativa entre índices? Especialmente en el área de
políticas públicas se debe poner especial énfasis en la valoración relativa
entre indicadores (o el “peso” correcto entre ellos) cuando se normalizan o se
agregan datos. Debemos recordar que no considerar esta valorización relativa
es, en sí misma, asignarles arbitrariamente el mismo “peso”.
En Morelos, debemos redoblar
esfuerzos en el desarrollo y evaluación de los índices de gobernanza para que,
al ser realizado este ejercicio por observadores imparciales, se alcance una
mayor legitimidad en la actuación del gobierno, tanto en lo social como en lo
económico, financiero y político.