Los principios con que trabajan los futurólogos, como escribimos la semana pasada, se basan en las ciencias fisicomatemáticas y sociales, y las herramientas se toman del manejo de bases de información y de procesos para la toma de decisiones, acorde con el marco de análisis de sistemas complejos. Se considera fundamental crear una enorme base de datos en la que cada pieza de información esté relacionada entre sí, de tal forma que se puedan establecer correlaciones entre grupos de datos y se puedan contestar preguntas del tipo: ¿qué sucedería si esto pasa? Así, podríamos responder preguntas de carácter multidisciplinario al analizar todas las posibles ramificaciones y consecuencias, lo que nos llevaría a hacer políticas públicas de mayor beneficio social.
David Weinberger, investigador titular en el Centro Berkman sobre Internet y Sociedad, de la Universidad de Harvard, escribió el artículo titulado “La máquina que predeciría el futuro” (The Machine that would predict the future) que será publicado este diciembre de 2011 en la revista Scientific American en donde analiza qué se está proponiendo en el mundo para crear dicha enorme base de datos. El autor plantea el problema al considerar la crisis financiera del gobierno griego que detonó el año pasado un sisma en la economía global. Habiendo alcanzado una deuda que nunca podría pagar, el país puede tomar varios caminos donde parece que el resultado siempre será desagradable. Por un lado está el recorte drástico de los gastos sociales con la disminución en la calidad de vida de los griegos y, por el otro, está no pagar a sus acreedores y causar un grave problema a los mercados financieros internacionales con un descenso en el crecimiento económico mundial. Varios economistas centraron la discusión en una sola pregunta: ¿Debe Grecia abandonar como su moneda al euro? Antes de contestar deberíamos analizar todos los posibles eventos y conocer sus repercusiones, lo que resulta imposible. Ahora, se toman las decisiones con base en criterios generales de política económica y social.
Este tipo de preguntas, nos señala Weinberger, son las que llevaron a Dirk Helbing, físico y director del departamento de sociología en el Instituto Federal de Tecnología en Zúrich, a proponer la creación de un sistema de cómputo que simulara no sólo un área de finanzas o del ambiente, sino que simulara todo al mismo tiempo y que pudiera responder cualquier pregunta planteada por un tomador de decisiones. La Comisión Europea escogió este proyecto como uno de los seis mejores para ser financiados con mil millones de euros. La pieza central del proyecto es el “Simulador de la Tierra Viva”, que pretende modelar sistemas a escala global de las fuerzas económicas, sociales, biológicas, políticas, culturales, médicas y tecnológicas, entre otras, usando gigantescas bases de datos, algoritmos complicadísimos y una cantidad todavía indeterminada de computadoras. Además, este simulador iría más allá de buscar información en esta gigante base de datos, incorporaría un “Observador de Crisis Globales” que añada información en tiempo real de todo tipo de sensores localizados alrededor del mundo.
Hasta ahora, este tipo de simulación numérica, señala Weinberger, sólo ha funcionado en problemas muy acotados; por ejemplo, en la simulación de tránsito en carreteras o de flujos de migración. Algunos científicos comparan al sistema de información masivo de Helbing con la invención del telescopio o el microscopio. El crecimiento exponencial de información digital está acercando ya a las ciencias biológicas, sociales y computacionales. Como ejemplo, se menciona el nuevo mundo de investigación que se está abriendo al utilizar la información que nos pueden dar los miles de millones de celulares en el mundo sobre los individuos, a donde van, qué están comprando y aún rastros de lo que están pensando, si se cruza con datos genómicos, económicos o políticos.
Sin embargo, otros científicos critican la necesidad de un solo sistema centralizado más no la viabilidad o la importancia del sistema, indica Weinberger. Proponen que los datos se encuentren en una colección de nubes en internet, conectadas entre ellas para que sean de utilidad a más individuos; cualquier persona pueda indagar en las bases de datos, compartir información, encontrar conexiones adicionales y así crear un mercado de ideas diferentes.
Además de los enormes problemas tecnológicos y computacionales, existen otros conceptuales igual de importantes, según Weinberger: no existe una teoría del comportamiento social que tenga poder predictivo, como en las ciencias físicas. Sin embargo, se está trabajando en la construcción de modelos sobre la creación de patrones sociales regulares. Adicionalmente, se encuentra la dificultad de establecer la naturaleza propia del conocimiento: es un conjunto escrito de verdades consistentes o es un continuo de argumentos nunca totalmente definidos.
En Morelos, debemos crear una base de datos estatal, abierta a cualquier persona interesada, que incorpore información social, económica, ambiental, tecnológica y cultural, entre otras áreas, para conocer cuantitativamente de dónde venimos, dónde estamos y a dónde vamos. La información que proporciona el INEGI sobre el Estado de Morelos no es suficiente y no establece correlaciones entre los datos. Debemos tener mayor información de calidad para sustentar una mejor toma de decisiones en beneficio de la población.
1 comentario:
Lo sabíamos! La cantidad de información necesaria para describir y entender lo que nos rodea es ENORME... Las tecnologías de la información ya tienen la fórmula para asistir en esta comprensión y modelado del mundo:
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