El impacto de la innovación en el bienestar y la prosperidad de las personas y la sociedad es innegable. En nuestra experiencia cotidiana tenemos muchos ejemplos: medicinas, instrumentos médicos, servicios sanitarios, materiales sintéticos, computadoras personales, internet, televisores, refrigeradores y automóviles, entre muchos otros. Sin embargo, el análisis y estudio de los procesos de innovación para impulsar el desarrollo social y económico se ha llevado a cabo principalmente para las condiciones de las sociedades en los países desarrollados. El desarrollo económico nacional estará basado en la generación de conocimiento propio, en nuestras capacidades humanas e institucionales y en las políticas que pongan en marcha el gobierno.
El Instituto Mundial de Investigación sobre el Desarrollo Económico, de la Universidad de las Naciones Unidas, publicó en mayo de 2011 un artículo de Wim Naudé, Adam Szirmai y Micheline Goedhuys sobre “Innovación y Emprendedores en Países en Desarrollo”. (UNU-WIDER, Innovation and Entrepreneurship in Developing Countries, Policy Brief, Number I, 2011, © United Nations University, 2011, ISBN 978-92-808-3093-4, ISSN 1814-8026), cuyo objetivo es entender mejor los papeles que pueden jugar los emprendedores para innovar en las condiciones de los países en desarrollo, aún en los más pobres.
Los autores consideran que el emprendurismo es una disciplina general para estudiar por qué, cuándo y cómo crear, reconocer y utilizar las oportunidades para proveer bienes y servicios a través de nuevas empresas y también dentro de las mismas empresas, con propósitos comerciales. También, advierten sobre el posible uso destructivo del talento emprendedor al seguir un comportamiento consumista. Definen tres caminos conceptuales a la actividad emprendedora. El primero es de carácter funcional y se refiere a elementos psicológicos como dinamismo, creatividad y originalidad de las personas que toman las decisiones decisivas sobre inversiones, producción, innovación, investigación y desarrollo. El segundo se enfoca a la empresa que tiene una junta de dirección con responsabilidad a sus accionistas, donde estas juntas deciden en qué áreas de la economía invierten o incluso si invierten en otros países. El tercero se enfoca a las empresas operadas por el dueño, que son empresas micro, pequeñas o medianas, y donde existen diferentes tipos y grados de innovación.
Para los países en desarrollo es importante identificar quienes son las empresas innovadoras, afirman los autores. ¿Son las grandes empresas nacionales, las subsidiarias de transnacionales, las pequeñas y medianas empresas o las de auto-empleo? Concluyen que las grandes empresas privadas de capital nacional son mucho más flexibles e innovadoras que las subsidiarias de empresas transnacionales. Si consideramos que la economía de los países de Asia Oriental está guiada por las empresas privadas nacionales, mientras que la de los países latinoamericanos está dominada por las transnacionales, entonces los autores pueden explicar el mejor desempeño económico de una región con relación a la otra.
Los autores se plantean varias políticas públicas para impulsar la innovación de las empresas en países en desarrollo, entre otras: desarrollo de mercados, construcción de capacidades y sistemas de innovación regional.
La primera pregunta a contestar es: ¿por qué los emprendedores innovan? Y, según los autores, la respuesta es simple y conocida desde hace muchos años: las ganancias, no sólo las personales también las sociales. El grado en que el emprendedor lleva a cabo innovación tecnológica y se especializa depende del tamaño y el funcionamiento de su nicho de mercado. Así, los mercados pueden ser considerados como importantes generadores de crecimiento y desarrollo. En los países en desarrollo los mercados son, en general, pequeños, fragmentados, sin estructura, con actores sin poder de compra, políticas erróneas y restricciones institucionales. Bajo estas condiciones, el comercio internacional puede funcionar como motor de desarrollo.
La innovación exitosa depende cada vez más de los conocimientos y las habilidades de los directamente involucrados, tanto de los directivos como de los obreros. Los autores señalan los grandes beneficios que se tienen al invertir en conocimiento, avance tecnológico y educación y capacitación del personal. Así, es imprescindible que existan políticas públicas que impulsen la construcción de capacidades.
El funcionamiento de los emprendedores depende en gran medida del sistema de innovación regional en el que se encuentran inmersos; por ejemplo, la existencia de incentivos para utilizar la mejor tecnología a nivel mundial o un flujo apropiado de conocimientos. La interrelación entre desarrollo de mercados, ambiente de innovación y políticas gubernamentales en innovación, ciencia y tecnología es fundamental.
En Morelos, debemos reconocer que la mayoría de los emprendedores trabajan dentro de pequeñas y medianas empresas donde el éxito de las innovaciones depende de su educación, edad, experiencia y contactos, así como de la región geográfica y la intensidad tecnológica de su sector. Sin embargo, las políticas y ambiente de su empresa y el apoyo gubernamental son muy importantes. Los gobiernos federal, estatal y municipal deben de proveer a las empresas de financiamiento semilla, capital de riesgo, personal capacitado e infraestructura de calidad, entre otros. Tenemos los conocimientos pero no se ha mostrado la visión política, las estrategias, los instrumentos, ni la disposición. Cambiemos las políticas de desarrollo y empecemos por las económicas.
1 comentario:
Nuestra inventiva natural, necesita encontrar salida efectiva a los mercados, eso nos transformaría en generadores de innovación y de ahí, en generadores de bienestar y desarrollo económico sustentable. Cómo y por qué en...
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