Analizar
la situación y perspectivas económicas del campo en México es difícil por el
imbricado contenido político, social y cultural. Todos los candidatos a un
puesto de elección popular deben presentar las políticas públicas que en este
tema consideran apropiadas para armar un plan de gobierno coherente con la
realidad nacional y estatal. La estabilidad de nuestro país depende en gran
medida del nivel de vida de los habitantes de las zonas rurales.
En los últimos quince años el sector agropecuario
mexicano ha enfrentado una disminución en sus niveles de producción, lo cual ha
resultado insuficiente para garantizar la demanda del mercado interno, señalan
Roberto Escalante y Horacio Catalán, de la Facultad de Economía, UNAM, en su
artículo “Situación actual del sector agropecuario en México: perspectivas y
retos” en la Revista Economía, núm. 350, enero-febrero, 2008. Consideran que la
continua especialización de las unidades productoras reducirá la oferta de productos
agrícolas, incrementando aún más las importaciones y generando una situación de
riesgo para el país: no lograr una
seguridad alimentaria mínima que asegure un desarrollo sustentable para México.
También,
David Márquez Ayala, en la revista Contracorriente, el 5 de septiembre de 2011,
analizó el comportamiento del desarrollo económico agropecuario. Publicó que, en
cifras anualizadas y a precios constantes (restada la inflación), el PIB nacional
en 2011 fue de 8,924 mil millones de pesos a precios de 2003, apenas 0.8 por
ciento superior al equivalente de 2008. Asimismo, señaló que el valor de la
producción primaria en el primer semestre de 2011 fue de 529 mil millones de
pesos, cifra 1 por ciento inferior en términos reales de la de 2010. De sus
sectores, el agrícola tuvo un decrecimiento de 2.8 por ciento y el ganadero un crecimiento
de 2.6 por ciento. En 2011, a precios constantes de 2003, el PIB agropecuario
totalizó 309 mil millones y fue el más bajo del anterior quinquenio, con una
producción equivalente a la de 2007 (310 mil millones de pesos).
Osmar C. Benítez, Joaquín Díaz
Ortega, Soraya Rib y Braulio Serna Hidalgo, de la Sección de Desarrollo
Agrícola y Rural de la Sede Subregional de la CEPAL en México, elaboraron un
volumen titulado “Fase estratégica 2011-2016: Propuesta para el diálogo
agropecuario nacional” que constituye la primera parte del documento “República
Dominicana: Orientaciones estratégicas para la competitividad agroempresarial,
2011-2030” (Copyright © 2011, Naciones Unidas). Establecen que dicho país tiene
un gran potencial para desarrollar cadenas productivas agropecuarias y agroindustriales
hacia 2030, con mayor valor agregado y competitividad internacional, con la posibilidad
de integrarlas a los mercados globales, nacional y a la demanda del turismo. En
las Orientaciones Estratégicas presentadas,
se resaltan las potencialidades, los medios para alcanzarlas y los posibles
roles de los actores agropecuarios. Podemos encontrar en este documento
elementos de gran relevancia para nuestro país y estado.
Las principales áreas de oportunidad
señaladas por los autores para construir la agricultura especializada del futuro,
que fundamentalmente se orientaría hacia los mercados, son: La agricultura
política, donde el gobierno, acompañado del sector productivo privado, debe
jugar un rol fundamental en la transformación productiva de cultivos y
actividades; la agricultura orgánica, como parte de programas de reorientación
de las políticas públicas agropecuarias al conceder ventajas competitivas en
términos de precios a favor del productor cuando se compara de los mismos
productos que provienen de la agricultura convencional; la agricultura
turística o gourmet, ya que la
contribución del sector turismo al PIB es muy importante; la agricultura
tropical, ya que la tendencia del comercio agropecuario mundial indica que
existen muy buenas perspectivas para comercializar frutas y hortalizas frescas
y procesadas; la agricultura étnica o nostálgica, ya que la movilidad humana
hacia los grandes centros desarrollados del mundo crea un vínculo económico,
cultural y hasta culinario, entre el ciudadano que emigra y el país que deja y
señalan que en Estados Unidos la importación de productos étnicos supera los
39,000 millones de dólares, mientras que Europa compra más de 30,000 millones de
dólares, ambos en 2010; la agricultura medicinal y de belleza, ya que el mercado
mundial compra más de 20,000 millones al año de productos elaborados a partir
de la sábila, el orégano, la cáscara de naranja agria, la albahaca, la
hierbabuena y muchos otros; y la agricultura forestal, donde existente un gran
abismo entre el uso actual y el deseado, lo que implica conservar y utilizar
los bosques sin degradaciones ambientales.
Las 10 propuestas estratégicas
presentadas en este documento son: 1. Es necesario diseñar y poner en marcha
una política pública orientada a promover la focalización de recursos de la
banca formal para financiar la capitalización y el manejo de riesgos de las
actividades agropecuarias y forestales en toda la cadena de valor, incluyendo
no sólo la producción primaria, sino también la transformación; 2. Fortalecer
el sistema de registro de la propiedad inmobiliaria; 3. Fortalecer y aplicar
los programas de investigación agropecuaria, incluidas la adopción y adaptación
al medio de nuevas variedades de cultivos de alto rendimiento y de alto valor
comercial, enfocados a las necesidades de los mercados y que tomen en cuenta los
efectos del cambio climático y, en materia de investigación, innovación y
transferencia de tecnología, se debe fortalecer el trabajo mancomunado entre
las instituciones gubernamentales especializadas y las entidades privadas que
trabajan con grupos de productores organizados para adoptar y transferir nuevas
prácticas productivas; 4. Impulsar la integración de los productores en un
modelo asociativo, ya sea en forma de cooperativas, consorcios o asociaciones
empresariales con pleno reconocimiento legal; 5. Establecer un marco de acción
pública, con la colaboración del sector productivo privado para asegurar la calidad,
sanidad e inocuidad agroalimentaria, en toda la cadena de valor; 6. Establecer
mecanismos institucionales para lograr el acceso universal a las TIC en las
zonas rurales y urbanas desatendidas, asegurando que dicho acceso esté al
alcance de la mayoría de los productores agropecuarios, para crear una sociedad
agraria conectada e informada acerca de las oportunidades del mercado, tanto
local como internacional; 7. Crear un sistema de apoyo a las exportaciones de
productos agropecuarios y forestales que cuente con mecanismos de
financiamiento previo y posterior al embarque de las exportaciones, mientras se
puedan formalizar los contratos de ventas en el extranjero; 8. Promover un
manejo ambiental que preserve, integre y fomente los recursos naturales (agua,
bosque y suelos), para proteger, conservar, restaurar y aprovechar los recursos
naturales de forma sustentable y considerar el cambio climático y la
biodiversidad, de forma tal que se puedan llevar a cabo sistemas productivos
eficientes basados en las buenas prácticas agrícolas, buenas prácticas
ganaderas, de manufactura y gerenciales con el concurso y la participación del gobierno;
9. Transformar el aparato institucional público del agro para crear una nueva
dinámica de servicio a los productores en función de las necesidades que
manifiesten, lo que conlleva la realización de una reingeniería que evite la
duplicación de esfuerzos y servicios, y 10.
Impulsar el desarrollo de infraestructura que contribuya a mejorar los
servicios de energía eléctrica, vías de acceso, incluso carreteras y puentes,
centros regionales de acopio refrigerados y secos y facilidades frigoríficas en
puertos internos.
En Morelos sería muy conveniente analizar y adecuar estas
10 estrategias. Seguro podemos elevar la competitividad del campo morelense y mejorar
los resultados de nuestro sector agropecuario.
1 comentario:
Uno de mis más grandes defectos es ser TERRIBLEMENTE práctica. Me gustan las recetas de cocina, especialmente cuando están bien explicadas, pero sin duda, soy de las que quieren el "remedio y el trapito". Justo así es este artículo, nos ubica en la realidad del campo mexicano y nos da una serie de "tips" para poder armar una estrategia que impulse la competitividad del sector agroindustrial. Remedio, trapito y explicación... qué más podemos pedir?...
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