publicado en La Jornada Morelos el 20 de abril de 2015.
La Red Nacional
de Instituciones de Salud Pública, de los Estados Unidos, (National Network
of Public Health Institutes) ha definido a una comunidad saludable como
aquella en que un grupo diverso de actores interesados colaboran usando su
expertez y su conocimiento de la localidad para crear un espacio que es social
y físicamente propicio a la salud. Los miembros de la comunidad están empoderados y cívicamente dispuestos para
asegurar que todas las políticas públicas consideren a la salud. También, la
comunidad tiene la capacidad de identificar, tratar y evaluar sus
preocupaciones propias de salud, de una manera permanente y utilizando
información para guiar sus esfuerzos y establecer sus metas.
El Instituto de Medicina, de la
Academia Nacional de Ciencias, de los Estados Unidos, publicó recientemente un
documento sobre las estrategias, oportunidades y planeación para no solo
recuperar comunidades después de un desastre, sino convertirlas en saludables,
resilientes y sustentables (IOM (Institute of Medicine). 2015. Healthy,
resilient, and sustainable communities after disasters: Strategies,
opportunities, and planning for recovery. Washington, DC: The National
Academies Press. Copyright © National Academy of Sciences). Este
documento tiene una doble intención, hacer un llamado a las instituciones
involucradas en la planeación y recuperación después de un desastre para actuar
unidas y para tener comunidades cada vez más saludables.
Los desastres naturales son devastadores
de las comunidades por su propia naturaleza. Tienen efectos significativos y
duraderos a niveles individual y colectivo, tanto físicos, como mentales y de
bienestar social; y muchas veces ocurren en comunidades donde la calidad de la
salud no es buena. Además de la pérdida de vidas humanas y de consecuencias
graves en la salud de los sobrevivientes, los desastres también generan la
necesidad de inversiones multimillonarias, públicas, privadas y filantrópicas,
para asistir en la recuperación. Dependiendo de la naturaleza del desastre y
sus impactos, estos gastos se dedican a la toma de decisiones sobre como
disponer de los recursos, reconstruir la infraestructura pública crítica, los
hogares y los negocios, desarrollo de la fuerza de trabajo necesaria, provisión
de servicios humanos y de salud, y restauración de los sistemas de atención
ciudadana.
El mensaje planteado en este
documento es dirigido a varias audiencias claves que están en dos categorías:
los individuos y organizaciones dedicadas a planear y desarrollar las acciones
de recuperación después de un desastre y aquellos involucrados en la planeación
y construcción de comunidades saludables. Se pretende considerar siempre a la
salud en los planes de recuperación de desastres y también ampliar el menú del
conjunto de herramientas y recursos de los planeadores para mejorar la salud
para incluir las acciones de planeación y recuperación de desastres.
Los actores involucrados en estas
dos categorías son, según el documento: gobernadores, presidentes municipales,
síndicos, directores para emergencias y coordinadores de protección civil;
funcionarios de salud pública en todos los niveles; profesionales asociados a
la planeación urbana y regional, edificaciones, transporte y obra pública;
agencias federales relevantes; líderes institucionales y profesionales en el
cuidado de la salud; profesionales en servicios sociales; organizaciones de
apoyo comunitario y no gubernamentales; líderes en el sector educativo;
elementos pertinentes del sector privado; y miembros de la comunidad
reconocidos.
La recuperación después de un
desastre es un proceso de planeación estratégica comunitaria, plantea el
documento. Es similar a la que ocurre diariamente en cualquier comunidad,
excepto que las actividades se comprimen excepcionalmente en el tiempo:
procesos de planeación que hubieran ocurrido normalmente en décadas se tienen
que llevar a cabo en días. El proceso de implantación se convierte en un ciclo
continuo de evaluación, planeación e implantación. Cada uno de estos procesos
presenta cuatro oportunidades, plantea el documento: Visión, la recuperación es
vista como una oportunidad para avanzar en el objetivo compartido de lograr una
comunidad más saludable, resiliente y sustentable; Evaluación, el conocimiento
del estado de salud y de la vulnerabilidad de una comunidad provee información
sobre lo que nos falta por hacer para lograr una situación mejor y permite el
desarrollo de metas, prioridades y estrategias; Planeación, permite integrar al
sector salud en la toma de decisiones de recuperación en todos los sectores,
asegurando que todos conocen los posibles impactos en la salud de sus acciones;
e Implantación, los recursos para la recuperación se utilizan de forma creativa
y con sinergia para que los logros en materia de salud se maximicen, creando
beneficios también en los otros sectores, y estableciendo un proceso de
aprendizaje para que las actividades de recuperación sean iterativas entre
beneficios a la salud y al bienestar humano.
El documento presenta doce
recomendaciones: Desarrollar una visión de comunidad saludable en la
recuperación de desastres; Integrar consideraciones de salud en la toma de
decisiones de los sistemas de protección civil; Impulsar el compromiso de toda
la comunidad en las acciones de recuperación de desastres por medio del acceso
a información simplificada y entrenamiento; Ampliar la participación de las
redes sociales en la salud comunitaria y en los planes de recuperación;
Establecer mecanismos para que la información en salud se incorpore en la de
protección civil; Dedicar recursos para la recuperación para alcanzar
comunidades post desastre más saludables; Contar con información disponible
sobre la infraestructura tecnológica en salud; Desarrollar políticas públicas
nacionales sobre el comportamiento en desastres; Desarrollar un marco integrado
de servicios sociales en desastres; Diseñar esquemas para lograr comunidades
más saludables después de un desastre; Identificar acciones de mitigación
contra futuros peligros de salud; y Asegurar la disponibilidad de edificaciones
económicas y saludables después de un desastre.
En Morelos, debemos diseñar estrategias que permitan contar con
comunidades saludables, resilientes frente a desastres y sustentables. Si
actuamos de manera coordinada e integral, en el corto plazo, tendremos
individuos y comunidades más saludables antes y después de la ocurrencia de un
desastre. Asimismo, estaremos en camino a lograr comunidades seguras, costeables,
sin problemas ambientales, y donde todos los residentes tengan igualdad de
oportunidades en educación, empleo, transportación, alojamiento, servicios de
prevención y cuidado de la salud, alimentación saludable y actividades físicas.
15 comentarios:
Una sociedad saludable debe tener un estado de bienestar; pero “salud” no es solo un estado en el que existe una ausencia de enfermedades, si no, también un estado en el que existe información plena para propiciar un equilibrio psicológico desde el lado social y de desarrollo humano.
Es claro notar que después de un desastre natural es necesario recuperar el bienestar de una comunidad mediante planes de acción en los cuales deben sin duda estar involucrados profesionales y lideres sociales para poder llevarlos a cabo como señala el documento “IOM (Institute of Medicine). 2015. Healthy, resilient, and sustainable communities after disasters: Strategies, opportunities, and planning for recovery. Washington, DC: The National Academies Press. Copyright © National Academy of Sciences”.
Es necesario tener una visión futura sobre las comunidades en México para mediante la evaluación de estas, crear planes de acción para evaluación, que con ayuda de un consejo ciudadano se puedan elegir las mejores y mas viables opciones para propiciar ese “estado de bienestar”, al implementar técnicas de sustentabilidad, desarrollo urbano y social.
En México algo que es muy claro y se hace notar tras cada accidente, sea de índole natural o social. Es que el gobierno tiene a las pequeñas comunidades muy olvidadas. Es increíble ver como en Estados Unidos que tienen contadas comunidades aisladas o indígenas crean programas enteros y redes para la protección y dar acceso a la información a las mismas, mientras en México que tenemos un sinfín de comunidades indígenas el gobierno las tiene olvidadas y tras cada desastre natural lo que les ayudan son las diferentes organizaciones sociales, ya que la ayuda del gobierno jamás llega. Se deben crear estos apoyos a las diferentes comunidades y hacer ver al gobierno que la gente de a nación no son solo las que habitan en las grandes ciudades.
La parte gubernamental juega un papel muy importante en la generación de comunidades saludables, pero muchas veces el gobierno no logra satisfacer las necesidades que hay en el momento. Es por esto que las comunidades toman el compromiso de realizar acciones de recuperación utilizando los conocimientos y productos vitales que tienen.
Hoy en día las redes sociales pueden ser un excelente recurso para pedir ayuda a otros países, es una gran herramienta para que las personas estén enteradas de los acontecimientos y puedan apoyar desde el lugar en donde se encuentren
En México los servicios de salud no están bien repartidos, hay comunidades grandes, en condiciones de pobreza, con pocos y a veces nuloa hospitales, y ciudades con condiciones contrarias, no obstante, la salud no solo está en los hospitales y centros de salud, existe la salud física y mental, las cuales empiezan desde tener tanto buenos hábitos, como una calidad de vida "descente", es desde mi punto de vista, de donde se tiene que atacar al problema, en donde el gobierno debe empezar a invertir, para no generar cada vez más problemas más difíciles de conllevar.
José Miguel Acosta
Una de las culturas mas importante que debe de tener toda comunidad, es la cultura de prevención pues de ella dependerá que tanto se encuentra preparado un grupo de personas para hacer frente a los daños provocados por desastres naturales, puesto, tomando esto en cuenta, no solo existen perdidas humanas,
económicas o materiales; si no que también se relacionan perdidas de desarrollo
y progreso.
Los desastres naturales suelen concentrarse en zonas e mayor vulnerabilidad, como lo son zonas que se encuentran cercanas al mar, a bosques o a volcanes, sin embargo, se debe crear una institución que se destine a la prevención de desastres naturales, como lo es el CEBAPRED ( Centro Nacional de Preven-
ción de Desastres), el cual se encarga de prevenir, alertar y fomentar la cultura
de autoprotección para reducir el riesgo de la población ante fenómenos naturales y antropogénicos que amenacen sus vidas, bienes y entorno, a través de la investigación, monitoreo, capacitación y difusión.
Finalmente es necesario recalcar la importancia de valorar el esfuerzo y la vidade los habitantes de una region, por lo que es indispensable proteger su vida y sus bienes haciéndolos colaborar de la mejor manera posible y qué mejor que haciendo un equipo.
Por diversas cuestiones, en nuestro país el desarrollo de una comunidad tiene algunos síntomas de falta de compromiso por parte de todos los individuos que la conforman, esto se refleja claramente como lo menciona en el texto que un proyecto a realizarse en varios años, es mucho más probable que se efectúe en un periodo más corto si un desastre natural está de por medio.
Es alarmante que solo bajo condiciones como estas exista respuesta de la población, sin embargo considero pertinente que las instituciones promuevan los hábitos como la participación ciudadana para que en situaciones extremas los individuos estén preparados con herramientas que les provean un auxilio autónomo, en medida de lo posible, y además que su visión de desarrollo no se vea limitada a manifestarse en presencia de las catástrofes.
En México existen muchas zonas pobladas que son vulnerables a desastres naturales. Se ha visto ya que, por falta de una correcta planeación para la prevención de desastres, diversas comunidades han sido seriamente afectadas por estos eventos inesperados, dejando como resultado decesos humanos y heridos, además de la pérdida de construcciones, falta de alimentos, se detiene la economía del lugar, entre otras cosas.
Una correcta coordinación de la sociedad permitiría hacer frente a esas situaciones de la mejor manera posible. Si se adoptaran planes de acción, como los hay en Estados Unidos, habría mayores medidas para prevenir y, si es el caso, actuar ante este tipo de desastres. Gran parte de estas acciones deben ser planeadas y coordinadas por el gobierno, como entidad responsable del bienestar de la sociedad, pero también ésta debe estar capacitada y preparada para actuar correctamente. De igual manera la respuesta de los servicios de salud es un factor indispensable para salvaguardar la integridad social, por ello, además de contar con personal preparado, se debe contar con el equipo necesario para dar atención médica.
De una manera sorprendente los mexicanos nos hemos visto solidarios con diversas comunidades afectadas ante desastres naturales, sobre todo en cuestión de apoyo en alimentos, llevando a cabo una mejor coordinación de estas acciones se podría dar una atención integral y lograr salir adelante.
Tiene que ser de interés público lo relacionado siempre con la protección civil, pero es bueno que se hable de planes de resilencia por parte de las mismas comunidades, aunque en el país existen planes para sofocar posibles afectaciones, debe de crearse una sociedad más participativa consigo misma, para que cada persona pueda aportar ideas y soluciones a problemas que pueden azotar cualquier comunidad.
La importancia de estar prevenidos ante desastres naturales es a veces minimizada, desde 1985 con el temblor que sacudió la Ciudad de México se aumentaron considerablemente las medidas de prevención ante algún siniestro, sin embargo en las zonas costeras por ejemplo, en caso de tsunami o inundaciones no hay una buena planeación, y creo que esa mala planeación viene desde la ubicación de las casas, que año con año reconstruyen tras los desastres naturales, pero no se han tomado la molestia de reubicar o tomar medidas para prevenir, más allá del desastre natural que es inevitable, el desastre social.
Contemplar con la planeación de comunidades más saludables en todos los aspectos, físicos y psicologicos, tanto individuales y colectivos, es una buena idea. Pero creo que antes de inducir esta planeación en las comuidades de países como en México. Habría que observar y poner atención a las regulaciones y normas que estén detro del marco de la salud pública de cada nación. Ya que en México no sería posible proponer este tipo de licitos publicos mientras las leyes actuales de salúd pública esté mal reformadas y pretendan derogar el derecho de salúd pública a la sociedad.
Solo cuando la comisión nacional de salud pública regule normas verdaderamente a favor de todo tipo de comunidades, es cuando de verdad se podran empezar a proponer este tipo de implementaciones
Por mas estudios geograficos que se realicen en un lugar, simpre existe la posibilidad de que ocurra un desasstre natural, sin embargo se puede cuantificar que tan probable es que ocurra algun ciniestro y asi estar preparados para lo inesperado. De lo que estoy hablando es de: prevencion.
Quiero dejar en claro que la prevencios no evita que sucedan los desastres, pero si ayuda a disminuir sus efectos. Actualmente en Mexico no existen programas de prevencion a la largo plazo bien definidos, asi que valdria la pena conformar comisiones federativas que se encarguen de realizar metodologias de prevencion.
Desde mi punto de vista, la union del gobierno con sus ciudadanos es fundamental para enfrentar situaciones criticas como son los desastres naturales, por otra parte el gobierno debe ganarse la confianza de su gente haciendo primero algo por ellos, es aquí donde entra verdaderamente el sistema integral que corresponde al gobierno coordinar, primero fortaleciendo los sectores básicos como son la salud, la educación y empleo, posteriormente otras áreas de confort como el transporte y el alojamiento.
Al final del dia la colaboración de las dos partes mas importantes del estado puede llegar a ser indispensable para cualquier situación que se llegue a dar de manera espontánea. La sociedad de cada lugar debe estar consciente de los peligros que se corren en esa área, y deben saber como reaccionar ante cualquier catástrofe, el Estado debe formar estrategias y capacitar a las personas para cualquier imprevisto pero esto solo se hace cuando las dos partes tengan el tiempo y la disposición de hacerlo, y aun así seguirían corriendo peligro pues el prevenir y estar preparado no elimina por completo la probabilidad de algún desastre.
Las consecuencias que trae consigo un desastre natural, son medibles desde la perspectiva de cuán rápido se recupera la sociedad devastada de dicho desastre. Cuando existe una sociedad educada, informada, saludable y con conocimiento previo de posibles desastres naturales, las medidas de prevención y recuperación aparecen por sí solas. No nos podemos olvidar de que la educación es la base del desarrollo íntegro de una sociedad, independientemente de la existencia de obstáculos que retrasen su desarrollo, tales como tragedias naturales. Es por esto que para tener una población saludable no solo antes o después de un incidente catastrófico, se debe poner atención prioritaria en la difusión de campañas educativas para la salud, información relevante, prevención de desastres y otros aspectos claves para el desarrollo de una comunidad.
Los desastres naturales son frecuentemente las causas de grandes pérdidas materiales y vidas humanas. Comunidades se ven en la necesidad de reconstruir viviendas y fortalecerse económicamente. El trabajo, el esfuerzo y la unión colectiva son factores determinantes para alcanzar la recuperación. Estos desastres parecen tener efectos negativos. No todo es malo, a partir de estos eventos, servicios humanos y de salud pueden mejorar. Comenzar desde cero, realizando trabajos de planeación de nuevas ciudades que contemplen factores económicos, sociales y ambientales es clave para el bienestar social.
Estos percances invitan a diseñar nuevas estrategias para generar cambios. El cambio debe tenerse siempre en la mira. Buscar un futuro sustentable debe ser la prioridad. Estos eventos traen lecciones que marcan el camino y cambian el rumbo. Evitar catástrofes a partir de la prevención y el pensamiento inteligente es una opción. Fuerza de voluntad en la sociedad es necesaria para un desarrollo integral y un bienestar común.
Lamentablemente en México no se practica la cultura de la prevención; Existen muy pocas comunidades que puedan presumir ser saludables. Esperar a que un desastre natural impacte sobre alguna región para tomar acciones en dirección de la salud o para mejorar la infraestructura sería una tontería.
La situación socioeconómica del país orilla a que las acciones que se realizan después de una catástrofe sean para semi-reconstruir y de ayuda comunitaria para que los sobrevivientes no mueran por falta de provisiones y las comunidades quedan aún mas lejos de ser saludables.
Es necesaria una inversión seria y objetiva en cuestión de salud y planificación.
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