publicado en La Jornada Morelos el 19 de octubre de 2015
La prensa mundial
anunció que el Premio Nobel de Economía 2015 había sido otorgado a Angus Deaton
con frases escritas por él en varias de sus publicaciones: “El dinero hace la
felicidad, pero sólo hasta cierta cantidad de ingresos anuales”, “la pobreza
causa insatisfacción e infelicidad entre quienes la sufren”, “la lucha contra
la pobreza es clave para reducir el flujo de refugiados”, o “a corto plazo sólo
puede ser útil una estabilización de las relaciones políticas inestables”. Así,
sacadas de contexto, solo la primera tiene un mensaje que no parece una verdad
de Perogrullo. Analicemos un poco más a fondo su obra realizada (Ver por
ejemplo: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2015/10/12/angus-deaton-un-nobel-de-economia-en-busca-de-la-felicidad-1103.html. Visitada en 20151017).
Oficialmente, el premio le fue
otorgado por “su análisis del consumo, la pobreza y el bienestar”. Él considera
que para diseñar política económica que promueva el bienestar y reduzca la
pobreza, “primero debemos entender las decisiones individuales de consumo”. Su
trabajo se centra en tres preguntas fundamentales: “¿Cómo los consumidores
distribuyen su gasto entre diferentes bienes?, ¿Cuánto del ingreso de la
sociedad se gasta y cuánto es ahorrado? y ¿Cómo debemos medir y analizar mejor
al bienestar y a la pobreza?”
Dar respuesta a la primera pregunta
“es necesaria no solo para explicar y predecir los patrones de consumo
actuales, sino que es crucial para evaluar como ciertas reformas políticas
afectan a diversos grupos sociales, como los impuestos al consumo”. Para esto,
desarrolló un modelo que “estima como la demanda de cada bien depende de los
precios de todos los bienes y de los ingresos individuales”. Para explicar la
formación de capital y la magnitud de los ciclos de negocios, es necesario
contestar la segunda pregunta; “demostró que se debe sumar cómo los individuos
adaptan su propio consumo a su propio ingreso para obtener buenos resultados
macroeconómicos”. Y responder a la tercera pregunta lo llevó a descubrir que
“mediciones más confiables sobre los niveles de consumo de hogares a nivel
individual pueden identificar mecanismos involucrados en el desarrollo
económico regional” (http://www.nobelprize.org/nobel_prizes/economic-sciences/laureates/2015/press.html. Visitada en 20151017).
Según algunos especialista, Deaton
pertenece al grupo de economistas que más duramente ha criticado las políticas
de austeridad que se han aplicado en Europa en la última década. “Todos
quisiéramos ser felices, pero una gran parte del mundo está hoy preocupada
porque los programas de austeridad que muchos países padecen nos harán
infelices, quizá durante bastantes años”. Estas políticas “reducen ingresos,
recortan beneficios y destruyen empleos” (http://economia.elpais.com/economia/2015/10/12/actualidad/1444646271_341228.html. Visitada en 20151017).
Deaton y Stone publicaron un
artículo que presentaba dos acertijos sobre felicidad (Angus Deaton and Arthur
A. Stone. Two happiness puzzles. Am Econ Rev. 2013 May ; 103(3):
591–597. doi:10.1257/aer.103.3.591). Señalan que los economista, psicólogos y
filósofos están cada vez más interesados en los estudios sobre las mediciones
del bienestar subjetivo, qué significan y si pueden ser utilizadas para definir
políticas públicas. En estas épocas de crisis social y económica, existe un
renovado interés en analizar las limitaciones de indicadores estándar como el
Producto Interno Bruto, así como en encontrar nuevos indicadores como el
bienestar subjetivo; con la finalidad de comprender mejor cómo volver al camino
del desarrollo, no solo de medirlo. Ellos han investigado en la relación entre
inflación y desempleo, el costo de la contaminación del aire, o el valor de los
servicios ambientales. Su metodología consiste en analizar diferentes
resultados sobre el bienestar subjetivo que parecen contradictorios entre sí o
que parecen contradecir juicios convencionales sobre qué es, o no, bueno para
las personas. Consideran que una distinción que ayuda a reducir la confusión es
diferenciar entre el bienestar evaluativo y el hedonista (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4126797/pdf/nihms-450193.pdf).
No podemos dejar de recordar, como
en contribuciones anteriores en esta columna, a Amirtya Sen cuando tratamos
este tema. Él argumenta que “el proceso de desarrollo puede considerarse como
una ampliación de la libertad humana” y asegura que “el éxito de una economía y
de una sociedad no puede separarse de las vidas que pueden llevar los miembros
de la sociedad … puesto que no solamente valoramos el vivir bien y en forma
satisfactoria, sino que también apreciamos el tener control sobre nuestras
propias vidas, la calidad de la vida tiene que ser juzgada no solamente por la
forma en que terminamos viviendo, sino también por las alternativas
substanciales que tenemos” (Sen, A. (1999). Development as freedom,
Editorial Knopf, Nueva York).
En Morelos, debemos plantear
a las personas las alternativas que nos podrían llevar a una situación mejor de
bienestar subjetivo. Además, es imprescindible conocer como medir y analizar con mayor
certeza al bienestar y a la pobreza, de cada subconjunto representativo de
nuestra sociedad; de lo individual a lo general.
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