El Consejo Internacional de las Academias de Ingeniería y Ciencias Tecnológicas (CAETS) organizó un simposio en Copenhague, Dinamarca, los días 29 y 30 de junio de 2010, con la finalidad de conocer cómo se podría alcanzar un sistema global alimentario sustentable, que permitiera aumentar la producción de alimentos y redujera la pobreza, el hambre y la sobreexplotación de las reservas naturales.La Conferencia rechazó la percepción de que garantizar la seguridad alimentaria para todos los seres humanos implica una necesaria degradación del ambiente.
El Cambio Climático Global incrementa la vulnerabilidad de nuestra seguridad alimentaria y debemos continuar el desarrollo de nuevas tecnologías. Sin embargo, la Conferencia consideró que algunas de las soluciones tecnológicas para alcanzar un sistema alimentario sustentable ya están disponibles y que es obligación de los gobiernos fomentar la adaptación y transferencia de dichas tecnologías a las unidades agrícolas productoras, aún a las más pequeñas.
Para alcanzar un sistema alimentario sustentable se requiere reformar el sistema de producción de alimentos, modernizar su cadena de procesamiento e implementar una política de mejora de los mercados a través de incentivos económicos. CAETS recomendó una serie de acciones para alcanzar estos objetivos y, a continuación, presentaremos los que consideramos más relevantes para México y Morelos.
La utilización de la ciencia y la tecnología genómicas para entender y manejar la fisiología de las plantas permitirá una mejor selección de las cosechas con relación a las condiciones ambientales del terreno específico a cultivar. Nos señalan que la reducción en costos y el aumento en la velocidad con que ahora se puede secuenciar o resecuenciar los genomas implica que, en conjunto con las técnicas tradicionales de hibridación, se pueden desarrollar variedades de especies de cosechas que aumenten su productividad en ambientes más críticos. Es imprescindible desarrollar cosechas que puedan sobrevivir inundaciones, pestes y nuevas enfermedades en un clima más adverso y, al mismo tiempo, incremente su productividad en el mismo terreno. El aumento en la productividad, basada en investigación científica, de las granjas pequeñas de los países en desarrollo es imprescindible. La modificación genética debe hacerse de acuerdo con protocolos internacionales que aseguren su seguridad y sus resultados deben estar disponibles a todos los usuarios; a través de nuevas alianzas entre las empresas, la sociedad, las organizaciones públicas y el gobierno.
La industria alimentaria consume grandes cantidades de energía para producir, preservar, empacar, almacenar y distribuir alimentos. Nos indican que aproximadamente la mitad de toda la energía de consumo final es usada para convertir a los materiales crudos en productos alimentarios listos para su consumo, a través de procesos de calentamiento, deshidratación, refrigeración, electroquímicos y mecánicos, entre otros. Existen ventajas económicas al reducir desechos, disminuir el consumo de agua y ahorrar energía.
La agricultura puede ser intensificada por métodos agro-ecológicos. La Conferencia estableció la importancia del manejo de la fertilidad de los suelos y del uso del agua, así como de innovaciones para reciclar la materia orgánica y los nutrientes de las granjas, del procesamiento de alimentos y de los desechos urbanos. Consideran que será de gran importancia el desarrollo de robots y procesos automáticos para un mejor control y manejo de la salud de las plantas y los animales y de las actividades postcosecha.
La producción de alimentos genera importantes externalidades negativas, en el ambiente y en la economía, que no son incorporadas en los costos. Por ejemplo, la generación de gases de efecto invernadero y la reducción de los servicios que prestan los ecosistemas, cuyas repercusiones económicas siempre están siendo subestimadas. Proponen que los pagos por la reducción en la capacidad de respuesta de los ecosistemas deben ser realizados por aquellos que se benefician de sus productos a nivel global y, también, que las amenazas a la biodiversidad y a la reducción en los servicios de los ecosistemas deben ser enfrentados con marcos regulatorios que establezcan estándares ambientales y penalizaciones por responsabilidad.
Políticas e instituciones inadecuadas y una pobre infraestructura rural ocasionan que los sistemas alimentarios no funcionen eficientemente. La perspectiva para asegurar alimentos para todos depende en mucho de cómo los gobiernos manejan estos retos. La conferencia concluye que, preservando la cultura alimentaria local, los gobiernos deben dar prioridad al desarrollo rural y agrícola, mejorando su infraestructura y elevando la educación para avanzar en el nivel de autosuficiencia alimentaria.
CAETS opina que el mundo puede producir más alimentos y puede asegurar que sean consumidos de manera más eficiente y equitativa. Para hacerlo, todos los actores en el sistema de alimentación se deben enfocar a resolver los problemas centrales asociados con un sistema alimentario sustentable: tener acceso pleno a energía con costos económicamente viables, impulsar las innovaciones tecnológicas en toda la cadena productiva y lograr la colaboración de la sociedad, industria, organizaciones públicas y agencias gubernamentales. ¿Qué tan lejos de un sistema alimentario sustentable estamos en México y en Morelos?
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