La sociedad de conocimiento requiere una nueva gobernanza. Es imprescindible que el gobierno, los empresarios, la academia y la sociedad civil trabajen de manera coordinada para tomar las mejores decisiones que impulsen el desarrollo sustentable de Morelos. La competitividad del país, del estado y de las empresas requiere que se implante una sólida economía sostenida en la innovación. Tenemos los elementos esenciales pero no hay una política pública que defina las estrategias e impulse las acciones necesarias para alcanzar una economía pujante de clase mundial.
El presidente de la Academia de Ingeniería del Reino Unido, Lord Browne of Madingley publicó en el número 44, septiembre 2010, de Ingenia, la revista mensual de dicha Academia, un artículo titulado “Plan de siete puntos – Una estrategia industrial para la competitividad del Reino Unido”, con el objetivo de crear una economía de la innovación. Asegura que la salud de largo plazo de la economía del Reino Unido depende de la habilidad de competir exitosamente contra sociedades que sean tecnológicamente avanzadas y emprendedoras; en particular, en las industrias del futuro que sean de alta tecnología y bajas en emisiones de carbón.
Su trabajo trata sobre cómo puede reorganizarse la economía inglesa para crecer con base en la ciencia y la tecnología. Considera que ellos tienen muchas ventajas al liderar en el mundo en áreas como satélites pequeños, aeroespacial, ciencias de la vida y diseño creativo. También, tienen laboratorios y empresas de clase mundial, tanto pequeñas como grandes. Sin embargo, señala que no es muy exitoso su récord en traducir ideas de ingleses en grandes éxitos comerciales. En general, las ideas generadas en el Reino Unido terminan siendo explotadas comercialmente por otros países. Mejorar en este récord debe ser una prioridad si se quiere construir una economía balanceada. Se trata de mejorar las habilidades comerciales y emprendedoras y, al mismo tiempo, inventar nuevas tecnologías. Es más, las compañías británicas deben ahora competir con un conjunto creciente de jugadores globales, ya no sólo Estados Unidos y Europa, sino también China e India. Las decisiones deben ser tomadas con una visión clara de futuro, nos asegura.
Los encargados de las políticas públicas coinciden en que una economía diversificada y basada en el conocimiento es la mejor plataforma para competir empresarialmente en el futuro. También, coinciden en que las empresas permanecen como la instancia esencial para crear riqueza y el gobierno debe establecer el clima adecuado para el éxito de las empresas y las industrias, impulsando el diseño y uso de nuevas tecnologías. Asegura que es necesaria una estrategia industrial que alinee las políticas, la inversión, los esfuerzos y la cultura innovadora en todos los departamentos del gobierno y, sobretodo, que incorpore a los negocios en los procesos de toma de decisiones.
Mejorar la competitividad no se trata de seleccionar ganadores, ya sean tecnologías, compañías o productos; sino de apoyar los sectores estratégicos donde el país tenga una ventaja competitiva. El autor le propone al gobierno inglés a enfocarse en siete áreas.
Primera, el gobierno apoye a las empresas al asegurar que hay el número suficiente de personas con las habilidades apropiadas. En una competencia global por talentos, los negocios más innovadores están definidos por la calidad y diversidad de su fuerza de trabajo.
Segunda, es necesario mantener el flujo de ideas al financiar a los mejores investigadores e investigaciones en ciencia e ingeniería. Es imprescindible un debate serio sobre las investigaciones que se deben financiar.
Tercera, aún la mejor investigación necesita apoyo para llevar las ideas del laboratorio a los mercados. El gobierno juega un papel primordial en construir los sistemas apropiados para acortar esta brecha.
Cuarta, sólo unas políticas claras y estables le darán la confianza a las empresas para invertir en el largo plazo. También se debe tener un marco regulatorio que impulse a los empresarios a que experimenten y sean innovadores.
Quinta, se requieren incentivos directos para todas las compañías, ya sean por impuestos, préstamos de capital, dinero semilla o una combinación de los tres. Por supuesto que éstos deben ser transparentes y de acceso a empresas grandes y pequeñas.
Sexta, el gobierno debe utilizar su poder de compra y apoyar a compañías con nuevas tecnologías y también de reciente creación. Las compras públicas deben impulsar la innovación y además ayudar a bajar los costos.
Séptima, todo lo anterior debe integrarse en un marco de políticas coherentes y debe ser administrado, evaluado y refinado de manera permanente.
Finalmente, nos recuerda que el gobierno se debe apoyar en las personas que se encuentran en las cámaras comerciales e industriales, en las asociaciones profesionales y en las academias. También, se deben redoblar los esfuerzos de divulgación y difusión de la ciencia y tecnología para involucrar a la sociedad y, en particular, a los estudiantes.
En Morelos se han tomado acciones para vincular a nuestros importantes centros de investigación con el sector empresarial e industrial. También, se han creado empresas de base tecnológica. El gobierno, involucrando a todos los actores, debe establecer un marco integral de políticas públicas para crear una economía basada en la innovación. Analicemos estas siete propuestas.
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