publicado en la Jornada Morelos el 6 de febrero de 2012
La
imposición de la imagen sobre la palabra escrita está impactando a las culturas
en todo el mundo. ¿Hasta que grado es verdad la frase de que “una imagen vale
más que mil palabras”? La lectura y por supuesto la escritura previa
conformaron una cultura a la que se aspiraba para poder conocer más,
comunicarnos de mejor manera, desarrollar nuestras capacidades mentales,
aprender y enseñar con mayor calidad, y entretenernos y desarrollarnos como
seres humanos al vivir la experiencia
ajena. ¿Qué nos deparará la cultura de la imagen si domina sobre la escrita? No
se sabe a ciencia cierta pero ya está aquí y debemos entenderla.
Lawrence Baines publicó un trabajo
titulado “¿Un Futuro de Menos Palabras?: Cinco Tendencias que Definen el Futuro
del Lenguaje” (A Future of Fewer Words?: Five Trends Shaping the Future of
Language), en la revista The Futurist,
Vol. 46, No. 2, Marzo-Abril, 2012. Baines es Director de Liderazgo en Enseñanza
y Curriculum Académico, en Colegio de Educación Jeannine Rainbolt, de la
Universidad de Oklahoma. El objetivo de este artículo es analizar la situación
actual y perspectivas del mundo del lenguaje frente a la competencia de la
imagen.
Baines cita a K. David Harrison,
autor de When Languages Die (Oxford University Press, 2008), quien
estima que de los aproximados 6,900 idiomas que se hablan en el planeta, más de
la mitad se extinguirán para el final de este siglo. Hoy en el mundo, el 95 por
ciento de las personas hablan sólo uno de 400 idiomas.
El lenguaje como los organismos
vivos están sujetos a presiones evolutivas, asegura el autor. Una lengua está
en serios problemas si es hablada por pocas personas en áreas geográficas
limitadas, lo que particularmente sucede en Asia, Australia y América. Como una
planta que no recibe polen, una lengua sin algún tipo de interacción
desaparecerá finalmente. Otro factor es el deseo que alguien tenga por hablar
una lengua determinada; por ejemplo, los inmigrantes muchas veces olvidan su
lengua original para adaptarse “mejor y más rápidamente” a su nuevo entorno.
El Global Language Monitor (www.languagemonitor.com, 2011), según el autor, señala que casi 2 mil millones
de personas hablan inglés, como su primer o segundo idioma, haciéndolo el más
hablado en el mundo. El segundo es el chino mandarín, hablado por
aproximadamente mil millones de personas. El español es el tercero, con 500
millones de personas que lo hablan. El hindi y el árabe son el cuarto y el
quinto, respectivamente, con alrededor de 450 millones de personas hablando
cada uno. El francés fue la lengua más popular en el siglo XIX, ahora los que
hablan español superan a los que hablan francés por 2 a 1, y los que hablan
inglés por 10 a 1. Con relación a la participación de idiomas en internet, sólo
10 contribuyen con el 82 por ciento y, de ellos, nada más seis son oficiales de
las Naciones Unidas: inglés, chino mandarín, español, árabe, francés y ruso.
Esta ubicuidad asegura que permanecerán en el futuro previsible.
Adicionalmente a los factores antes
señalados, el autor propone cinco tendencias que presionan la existencia misma del
lenguaje:
Las imágenes socavan a
las palabras. No solo se usan menos lenguas sino también
menos palabras. Realmente llevamos al extremo el concepto de que una imagen
vale más de mil palabras. También, utilizamos muchas menos palabras para
comunicar un ambiente o un concepto, cada vez somos más “precisos” y más
“eficientes” y empleamos imágenes para describir situaciones. ¿Qué político
actual empezaría su discurso de inicio de mandato como lo hizo Thomas Jefferson
en 1801? Sus primeras dos oraciones contenían 87 y 85 palabras,
respectivamente.
La
palabra escrita está perdiendo autoridad. El poder de las palabras estaba
establecido en escrituras sagradas de diversas religiones, así como en enormes
volúmenes de documentos legales. En la mayoría de los países, un acuerdo entre
individuos es sólo válido si está por escrito y lleva la firma de todos los
involucrados. Un documento escrito tiene mayor validez jurídica que un acuerdo
oral. Ahora, la proliferación de documentos electrónicos hace que dar un clic
en “YO ACEPTO” o digitar un número como firma electrónica tenga suficiente peso
legal.
Se
cambia el ambiente de las palabras. Muchas bibliotecas públicas en el mundo
se están transformando de instituciones enfocadas a guardar libros y hacer
investigación a centros de información y entretenimiento. El concepto antiguo
con varios ejemplares de diccionarios enormes, colecciones ordenadas de libros
de referencia y conjuntos de series empastadas con diferentes colores se está
extinguiendo. Ahora se trata de espacios abiertos con acceso a internet
inalámbrico y muchas computadoras, así como el máximo de CDs y DVDs que pueda
comprar un presupuesto siempre muy limitado.
Efecto
del Darwinismo Neuronal. El autor cita al neurocientífico ganador del
Premio Nobel Gerald Adelman, quien postula que el cerebro constantemente sufre
un proceso conocido como “sobrevivencia del más apto”. En este proceso, las
células responden a estímulos ambientales y, a su vez, se pelean por dominar.
Aquellas personas que de pequeñas se dediquen mucho más a videojuegos
desarrollarán esa parte del cerebro y no la asociada con la lectura.
Máquinas
traductoras. Actualmente ya se venden a precios accesibles máquinas
portátiles que traducen frases sencillas a diversos idiomas, además las pueden
repetir oralmente en cada uno de esos idiomas. Estas máquinas traductoras
pueden mejorar mucho pero ya son funcionales.
En la medida que hagamos más clics y
escribamos menos, desaparecerán las palabras polisilábicas, complejas y de
significado sutil, indica el autor. En un libro, la riqueza del lenguaje se
encuentra en la exposición y no en el diálogo. Cuando un libro es adaptado a
una película, a una serie de televisión o a un videojuego, la exposición se
plantea con imágenes y así el lenguaje más complejo nunca llega al público. Frente
al avance de la cultura digital, el lenguaje que no sirva al comercio, a la
identidad o a la comunicación masiva se verá disminuido y tal vez deje de
existir, pronostica el autor.
En Morelos, la mayoría de nuestros
jóvenes no expresan apropiadamente sus pensamientos por escrito y no entienden plenamente
lo que leen. Sin embargo, ya los estamos enfrentando a un mundo donde las
imágenes están reemplazando a las palabras. No sabemos las consecuencias de
reducir al mínimo funcional la comunicación escrita pero estoy en el grupo que
considera debemos luchar vigorosamente por mantener la cultura escrita.
1 comentario:
Siempre me han encantado las palabras, el lenguaje, la etimología, los modismos... La cultura de una persona, de un pueblo, de un mundo globalizado se refleja en cómo usamos el lenguaje. Hacia dónde va la palabra escrita? La respuesta a esta pregunta nos dice mucho de hacia donde vamos nosotros como especie, como cultura y como individuos...
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