publicado en La Jornada Morelos el 8 de octubre de 2012
En los países occidentales se tiene una visión sobre los derechos humanos que considera son universales y deben ser conocidos y observados en todos los países. Sin embargo, países como China, India, Rusia y Turquía honestamente critican que su aplicación indiscriminada es una afrenta contra sus tradiciones y culturas. También y en algunos casos, se puede considerar que estas críticas son para crear una desviación estratégica frente a la falta de transparencia en la aplicación de normas de conducta no aceptables contra sus ciudadanos. En la medida que los países orientales ganen una participación mayor del poder económico mundial, de manera natural se confrontarán las diferentes visiones políticas, culturales y de derechos humanos. En particular, el derecho de los países a la autodeterminación de sus formas de gobierno y la interacción con sus ciudadanos será cada vez más cuestionada, en todas las direcciones sociales y culturales.
Josh Calder, socio en la firma de consultoría sobre futuros Foresight Alliance (www.foresightalliance.com) dedicado a dar seguimiento a tendencias globales y discontinuidades en asuntos internacionales, publicó el artículo “¿Quien será libre? Las Batallas por los Derechos Humanos al 2050” en la Revista” El Futurista” (Who Will Be Free? The Battles for Human Rights to 2050, The Futurist, November-December, 2012, Vol. 46, No. 6). Analiza los cambios geopolíticos de largo plazo en el contexto mundial y su repercusión en nuestro entendimiento de los Derechos Humanos, y propone que la expansión en afluencia económica, educación y tecnología digital podría desembocar en un mundo más libre y más humano en el largo plazo.
El autor considera que a pesar de los regímenes opresivos que actualmente reprimen brutalmente a sus disidentes y corrompen elecciones, el futuro de los derechos humanos en el mundo es promisorio. Propone tres tendencias positivas que están sustentadas en cambios de valores y nueva tecnología: Tecnologías liberadoras versus tecnología represiva; la aparición de nuevas potencias versus la influencia de los legados de las grandes potencias, y conflictos internos sobre los valores en las sociedades.
La definición de derechos humanos ha evolucionado en el tiempo; sin embargo, el autor trabaja exclusivamente con los derechos políticos (democracia y autodeterminación y sus componentes como libertad de conciencia, asociación e información), la ausencia de castigos por ejercer esos derechos políticos y la inexistencia de tortura y muertes extrajudiciales.
La contribución potencial de la tecnología sobre los derechos humanos es cada vez más aparente, señala el autor; en particular, por el rol prominente atribuido a los medios sociales en los eventos de la llamada Primavera Árabe del 2011. Internet y las redes móviles se están esparciendo en el mundo con el consecuente acceso abierto a la información y la posibilidad de que esta sea generada por los ciudadanos; ya que 70 por ciento de la población mundial tiene un teléfono móvil y puede documentar y reportar abusos en los derechos humanos. También, ya existe la posibilidad de tener sistemas autónomos de internet que no dependan de las censuras gubernamentales. Sin embargo, se debe tener mucho cuidado con tecnologías de vigilancia personal que están atentando contra los derechos humanos al recolectar datos personales que puedan ser utilizados en su contra, en situaciones económicas, políticas y sociales.
Las economías emergentes pueden tener visiones culturales muy diferentes a las de las potencias occidentales dominantes y reclaman su derecho a la autodeterminación de sus políticas sociales y de derechos humanos, indica el autor. La creciente influencia de las potencias emergentes puede influenciar el papel de la tecnología en los derechos humanos. Por ejemplo, Twitter ha modificado su sistema de censura país por país, con la finalidad de acoplarse a las leyes locales. Algunas personas consideran que acciones de este tipo fortalecen los controles de información existentes en algunos países. El costo de la indiferencia por los gobiernos a los derechos humanos está aumentando en todos los países, ya que la evolución interna de las sociedades es la fuerza que impulsan la democratización y los derechos humanos.
La observancia de los derechos humanos ha mejorado casi universalmente en los últimos cincuenta años aún en los países autoritarios, opina el autor. Si se analiza el avance en periodos de tiempo mayores, parece que los gobiernos más humanos de hace doscientos años serían más crueles que cualquier gobierno en la actualidad. Esta tendencia de mejora podría continuar globalmente debido a las fuerzas económicas, ya que los gobiernos de países ricos tienden a tratar mejor a sus ciudadanos que los de países pobres y, también, las personas criadas con seguridades materiales tienden a ser tolerantes, no xenofóbicos y respetan menos a la autoridad.
En Morelos, debemos evaluar, monitorear y ajustar nuestra percepción de los derechos humanos; en particular, con relación al balance relativo entre controles de vigilancia e información impuestos por las autoridades y las tecnologías que aumentan las libertades de los ciudadanos; al grado en que internet permanece como un conducto libre de información, y a la tolerancia sobre las visiones multiculturales de nuestra sociedad.
3 comentarios:
A veces, al escuchar las barbaridades que como humanidad cometemos contra los derechos humanos, el futuro pinta pesimista. Afortunadamente, en este tema, la tecnología sí está marcando una diferencia que se antoja esperanzadora. Saber que los hijos de nuestros hijos vivirán en un mundo más libre, equitativo y participativo es inspirador...
Actualmente en Morelos no estamos en un buen momento en cuanto a Derechos Humanos atañe. Detenciones arbitrarias, ejecuciones extrajudiciales, tortura, falta de seguridad, falta de justicia, falta de seguridad social, desempleo, falta de acceso a la educación.
Es difícil saber si hemos mejorado o empeorado con respecto a otras épocas, porque es difícil conseguir información sobre este tema, pero la percepción de mi comunidad es que, en términos de derechos humanos estamos peor que nunca. El 2050 es lejano ... pero no tanto.
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