11 feb 2013

Panorama energético al 2050


En el sector energético de México y del mundo, las decisiones que se toman hoy tienen repercusiones por varias décadas, ya que los procesos involucrados toman muchos años en materializarse: identificar, cuantificar y explorar reservas, y diseñar, construir y poner en marcha la infraestructura requerida para obtener la energía primaria, su transformación a energéticos secundarios y su distribución hasta la puerta de los usuarios, entre otros. Las decisiones que toman PEMEX y CFE comprometen las finanzas nacionales también por décadas. Así, se considera en la actualidad, si queremos avanzar en un desarrollo sustentable, que debemos diseñar nuestra sociedad en el futuro de largo plazo y, entonces, realizar las acciones pertinentes para alcanzarlo, en particular los aspectos económicos y energéticos.
            Eric Martinot, director de investigación del Instituto sobre Políticas para la Energía Sustentable en Japón (ISEP, Institute for Sustainable Energy Policies) fue el autor principal de un reporte sobre los futuros globales de las energías renovables al año 2050. La organización de dicho reporte se debe a la Red de Políticas para Energías Renovables en el Siglo 21 (REN21 – Renewable Energy Policy Network for the 21st Century) y el propio ISEP (REN21. 2013. Renewables Global Futures Report, Paris: REN21). El reporte pretende responder dos preguntas: ¿Qué pensamos sobre el futuro de las energías renovables? y ¿Cuál es el rango de posibilidades creíbles de ese futuro? No pretende dar una visión o posición preferida, sino un panorama simplificado de un rango amplio de posibilidades y formas de pensar. Además, pretende ser una herramienta educativa y de discusión y, también, un marco de referencia para pensar sobre el futuro.
            El autor recopiló información de un gran número de fuentes: entrevistas con 170 expertos de 15 países, tanto industriales como tecnólogos, investigadores y financieros; con autoridades y actores importantes en 20 ciudades; con participantes en talleres de discusión exprofeso en India, Marruecos y Sudáfrica; con el análisis de más de 50 escenarios energéticos de largo plazo publicados por agencias internacionales acreditadas, compañías energéticas e instituciones de investigación; recopilando las metas oficiales de todos los países; acciones de largo plazo publicadas por gobiernos locales o municipales; reportes corporativos anuales y otra información de las mayores compañías energéticas mundiales; y una variedad de artículos y referencias publicadas a nivel mundial.
            El mundo obtiene entre el 17 y 18 por ciento de su energía de fuentes renovables, a partes iguales entre la biomasa tradicional y las renovables modernas, establece el reporte. En 2011, 30 países obtenían más del 20 por ciento de su energía total a partir de renovables, incluyendo a Austria, Brasil, Chile, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Nueva Zelanda, Noruega, Perú, Filipinas, Portugal, Rumanía, Suecia, Uganda y Uruguay. La Unión Europa y Estados Unidos están en 12 por ciento. Francia, Alemania, Italia, España y otros están arriba del 10 por ciento y Japón en 6 por ciento.
            Los escenarios energéticos al 2050, publicados entre 2010 y 2012, han sido clasificados, en el reporte, como conservadores, moderados y pro-renovables. La participación de las energías renovables, como porcentaje del consumo total de energía, en los escenarios conservadores está entre 15 y 20 por ciento y han sido publicadas por compañías petroleras, algunos grupos industriales, la Agencia Internacional de Energía (IEA) y la Agencia de Información Energética de los Estados Unidos. Los escenarios moderados muestran participaciones en el rango de 25 a 40 por ciento y han sido publicados también por la IEA y por el Panel Internacional sobre Cambio Climático (IPCC). Los escenarios pro-renovables presentan participaciones de las energías renovables entre 50 y 95 por ciento y han sido publicados también por la AIE, la Evaluación Global de Energía (GEA), el IPCC y GreenPeace.
            Muchos de los entrevistados, indica el autor, consideran que una alta participación de las energías renovables es posible y que es un asunto de elección, no tecnológico o económico. En particular, los expertos preocupados por el Cambio Climático consideran que es una necesidad la alta participación de las renovables para alcanzar las metas en la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero. Se requiere de una Transición Energética, que implica un cambio en la forma de vida, y esto se refleja en las metas nacionales que algunos países se han establecido: en Dinamarca, al 2020, la participación de las renovables en el sector eléctrico será de 50 por ciento y de 40 en el térmico, y en el 2050 será de 100 por ciento en ambos, y en Alemania, las participaciones serán en el sector eléctrico del 35 por ciento en el 2020 y del 80 por ciento en el 2050.
            El problema principal que señala el reporte para tener una alta participación de energías renovables en el largo plazo es el financiamiento. Se plantea que los análisis deben estar centrados en el riesgo financiero y en la definición de portafolios energéticos que reduzcan riesgos, más que en los tradicionales de costo y beneficios tecnológicos. También, se proponen nuevas formas de financiamiento, a través de: propiedad comunitaria, fondos de pensión o nuevos instrumentos para reducir riesgos financieros.
            Finalmente, la transición se llevará a cabo por la elección y percepción de los consumidores, no por decisiones estrictamente técnicas o económicas, apunta el reporte. Por ejemplo, qué tipo de vehículos se comprarán, si estarán integrados al sistema energético de la vivienda y si estarán en posibilidad de balancear al sistema eléctrico regional. Pensar en sistemas energéticos completos, donde se integran a la energía, el transporte, la vivienda, la industria, la eficiencia energética y los equipos de uso final de la energía, facilitará el aprovechamiento masivo de las energías renovables.
            En Morelos, debemos asumir la integración de sistemas como método de planeación, no sólo de manera sectorial y tecnológica, sino a niveles institucional, de políticas públicas, de negocios, social y ambiental. El Estado puede y debe administrar, a través de alianzas público-privadas, los recursos energéticos en beneficio de los morelenses.

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