publicado en La Jornada Morelos el 9 de noviembre de 2015.
Keystone XL es el
proyecto para construir un ducto, de 1,897 km de largo, con la capacidad de
transportar hasta 830,000 barriles de petróleo no convencional, derivado de
arenas alquitranadas, de Alberta, en Canadá, a la Costa del Golfo de México en
Texas, Estados Unidos, según la compañía TransCanada, líder del proyecto. Esta
cantidad de crudo equivale a la tercera parte de la producción nacional y
podría reducir hasta en 40 por ciento la dependencia de Estados Unidos del
petróleo proveniente de Venezuela y el Oriente Medio (http://keystone-xl.com/about/the-keystone-xl-oil-pipeline-project. Visitada en 20151107). Las dudas graves que
surgen sobre este proyecto son el impacto ambiental que causaría, si traería
beneficios económicos suficientes a Estados Unidos y la posible reducción de
las exportaciones mexicanas de crudo, dependiendo del diferencial del precio
del barril entre los dos tipos de petróleo.
Como puntos a favor de este
desarrollo, señalan que en Estados Unidos ya hay más de 300 mil kilómetros de
oleoductos similares por lo que es un proyecto adicional que no debería causar
ninguna inquietud desde el punto de vista técnico y comercial. Además, este
proyecto permitiría no desarrollar algunos de los campos estadounidenses que
necesitan emplear la tecnología de fractura hidráulica, que conlleva serios
problemas de contaminación de agua y de aire, y micro sismicidad.
La luz verde inicial a este proyecto
fue dada durante la administración estadounidense en que
Dick Cheney sirvió
como ex-Vicepresidente y se presume un conflicto de intereses ya que él fue
Presidente y Director Ejecutivo de la empresa petrolera Halliburton de 1995 a
2000. Otras causas adicionales para la controversia sobre este oleoducto han
sido resumidas por Luz Guerrero (http://vidaverde.about.com/od/Reciclaje/fl/iquestQueacute-es-el-proyecto-del-oleoducto-Keystone-XL.htm. Visitada en 20151107): Siempre existe el riesgo
de derrames de petróleo y éste cruzaría varios ríos y acuíferos importantes,
donde un derrame desafortunado podría poner en peligro el agua necesaria para
la agricultura y consumo humano; pasaría por terrenos indígenas que no les
traería ningún beneficio y sí amenazaría su bienestar; la obtención del
petróleo de las arenas alquitranadas requiere la inyección de millones de
litros de agua que contaminaría seriamente al subsuelo; y en su proceso de
refinación emite más contaminantes al aire que durante el procesamiento del
petróleo convencional.
Después de años de estudiar este
proyecto, el presidente Barack Obama rechazó este viernes 6 de noviembre la
propuesta de construir el oleoducto Keystone XL (http://cnnespanol.cnn.com/2015/11/06/obama-rechaza-la-construccion-del-oleoducto-keystone-xl. Visitada en 20151106). Elise Labott, de CNN,
escribió que “El secretario de Estado, John Kerry, concluyó que el
controvertido proyecto no es parte de los intereses de seguridad nacional del
país, y Obama anunció desde la Casa Blanca que estaba de acuerdo: Estados
Unidos es un líder global cuando se trata de tomar acciones serias para
combatir el cambio climático y, francamente, aprobar este proyecto habría debilitado
ese liderazgo". Ésta decisión se enmarca, por un lado, en una fuerte
disputa política en Estados Unidos entre el sector republicano, que apoya el
proyecto por sus efectos positivos en la economía, y el sector demócrata, que
lo rechaza por sus impactos ambientales negativos. Y por el otro, Obama lo
llevará como un hito fundamental de su compromiso ambiental a la próxima
reunión sobre Cambio Climático, de las Naciones Unidas, en París; donde espera negociar
un acuerdo internacional que comprometa a cada país a reducir las emisiones de
gases con efecto invernadero e implementar otras políticas para frenar el
calentamiento global.
Labott también presentó el
compromiso de varios políticos estadounidenses con relación al Oleoducto
Keyston XL: Obama anunció hace unos meses que “sabemos que el ingenio humano
puede hacer algo al respecto (del Cambio Climático). Incluso estamos empezando
a ver que en realidad podríamos tener la voluntad política para tener éxito.
Así que ya ha pasado el tiempo para hacerle caso a los críticos y a los
cínicos. Sin duda, ya ha pasado el tiempo de recurrir al argumento de la
ignorancia. Los negativos cada vez más se encuentran solos, en su propia isla
que se hace más pequeña". Kerry dijo que el impacto climático “fue el
factor de importancia fundamental en mi determinación y avanzar con este
proyecto debilitaría de manera significativa nuestra capacidad para seguir
liderando al mundo y combatiendo el cambio climático". En 2012, Mitt
Romney, del Partido Republicano dijo que “aprobaría el oleoducto”. Otros
candidatos presidenciales republicanos en la contienda para las elecciones de
2016 también han prometido permitir que el proyecto siga adelante; por ejemplo,
el senador Marco Rubio declaró que “cuando yo sea presidente, Keystone será
aprobado, y las retrasadas políticas energéticas de Obama llegarán a su
fin". También, el presidente de la Cámara, Paul Ryan, criticó las acciones
de Obama al considerar que "la decisión no es sorprendente, pero es
desagradable". En octubre de 2010, Hillary Clinton indicó que ella estaba
"inclinada" a aprobar el proyecto, pero se ha retractado de esa posición,
y este septiembre dijo que “se opone a ella”. El nuevo primer ministro
canadiense, Justin Trudeau, dijo que se siente "decepcionado por la
decisión", pero que “la relación entre Canadá y Estados Unidos es mucho
más grande que cualquier proyecto único”.
En su discurso del viernes pasado,
Obama no aprobó el proyecto Keystone XL por los siguientes motivos: “ha tenido un
papel excesivo en nuestro discurso político; que el potencial del proyecto para
crear empleos eran exageradas; que no sería una la solución rápida para mejorar
la economía; que tendría un impacto negativo en la batalla para detener el
Cambio Climático; y que su gobierno ya se ha movilizado para generar empleos y
bajar los precios de la gasolina".
El propio viernes, la compañía
TransCanada, que está detrás del proyecto de 8,000 millones de dólares, dijo
que revisará todas sus opciones ante esta decisión, y que el desarrollo de este
proyecto está en el mejor interés de Estados Unidos y Canadá. Su mejor opción
es presentar el próximo año una nueva solicitud para recibir un permiso presidencial,
cuyo análisis podría tomar hasta 12 meses y la decisión recaería en el sucesor
de Obama.
En Morelos, debemos asegurar
que para tomar la decisión de poner en marcha cualquier proyecto energético exista un análisis
transparente, sólido y confiable que considere los aspectos sociales,
económicos, ambientales e institucionales. El aprovechamiento de las energías
renovables es el camino.
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