publicado en La Jornada Morelos el 23 de noviembre de 2015.
Uno de los debates de esta semana ha sido
sobre la deuda pública de México: si ya es un problema para las finanzas del
país o se encuentra todavía en un monto manejable. Se inició por el interés en
el anuncio del Fondo Monetario Internacional (FMI) de que la creciente deuda
del sector público mexicano, que para este año sería equivalente a 51% del
Producto Interno Bruto (PIB), está llegando a un nivel desafiante y alto para
una economía emergente (Yolanda Morales. http://eleconomista.com.mx/finanzas-publicas/2015/04/27/deuda-publica-desafio-mexico-dice-fmi.
Visitada en 20151120).
El
Manual de Estadísticas de Finanzas Públicas del FMI, del 2001, define la deuda
pública de la siguiente manera: “La deuda se compone de todos los pasivos que
exigen el pago de intereses y/o de principal por parte de un deudor a un
acreedor en una fecha o fechas futuras. Por consiguiente, todos los pasivos del
sistema de Estadísticas de Finanzas Públicas son deuda excepto las acciones y otras
participaciones de capital y los derivados financieros”. Cabe mencionar que el
Manual recomienda “tratar las obligaciones a futuro del sistema de seguridad
social y los pasivos contingentes como notas de información y no como deuda
pública”.
En
esta semana de la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación 2016 (PEF)
y por la reiteración del FMI sobre “que en los últimos años la deuda pública de
México creció hasta alcanzar un nivel sin precedente”, el sector empresarial
emitió su preocupación advirtiendo “que, de seguir creciendo ésta, el país
tendrá que sacrificar parte del presupuesto gubernamental para cubrir el
servicio de la deuda. Además, evidentemente la política de disminuir el déficit
fiscal y llegar a cero nuevamente en 2017 o 2018 es adecuada, con un decremento
en el gasto público, sobre todo en el gasto corriente y con un control en las
finanzas del país. También, advirtieron que ante un aumento del déficit público
las firmas calificadoras de riesgo podrían bajar la calificación de México, y
en consecuencia subirían las tasas de interés” (Juan Carlos Miranda. http://www.jornada.unam.mx/2015/11/20/economia/033n1eco.
Visitada 20151120).
Javier
Rodríguez Labastida (http://www.altonivel.com.mx/54510-la-fed-es-cautiva-del-mundo-exterior.html.
Visitada en 20151120) presentó esta semana una descripción más detallada del
mencionado reporte del IMF, donde “se estima que la deuda pública permanecerá
estable dadas las proyecciones de incremento en los costos de las tasas de
interés, y a la recuperación moderada de la economía en el mediano plazo. Bajo
una condición base normal, se prevé que la relación entre la deuda pública y el
PIB disminuirá aproximadamente hasta el 50 por ciento para 2020 del nivel
actual del 52 por ciento. Las necesidades del financiamiento bruto son del 11
por ciento del PIB en 2015, con una disminución de 9 por ciento al final del
periodo de previsión”. También, el análisis del FMI destaca “que la deuda
pública bruta es 3 por ciento más alta en 2015 en relación con las proyecciones
anteriores (48.9 a 51.9 por ciento del PIB) y de 1.6 por ciento más alta para
el final del periodo de proyección”. Según el estudio, “los principales
factores que explican el diferente camino de la deuda son: mayor déficit
primario en el periodo inicial y consolidación más fuerte a partir de entonces;
peores perspectivas de crecimiento para todo el periodo de proyección; mayor
depreciación del peso en el periodo inicial; y peores condiciones de
financiamiento”. El reporte concluye que “un crecimiento negativo y sostenido
representa el principal riesgo para las perspectivas de la deuda. Sin embargo,
incluso bajo ese escenario, la deuda bruta se mantiene ligeramente por debajo
del 60% del PIB, sin mostrar señales de una trayectoria explosiva”.
En
2004, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) publicó un artículo de Ricardo
Martner y Varinia Tromben sobre La sostenibilidad de la deuda pública (REVISTA
DE LA CEPAL 84, DICIEMBRE 2004). Los autores critican la posición que tenía el
FMI sobre la sostenibilidad de la deuda y, en particular, “una polémica
conclusión sobre que, para ser sostenible, la deuda pública de los países
emergentes no debería superar el 25 -30 por ciento del PIB”. Ellos concluyen
que “si tal fuera el límite, la mayoría de los países de América Latina caería
en la dudosa categoría de “insostenibles”, por lo que debería generar superávit
primarios cuantiosos en los años que vienen para absorber la deuda pública
excesiva”.
El
FMI presentó al público en general, en abril del 2014, un nuevo manual para
evaluar la sustentabilidad de la deuda pública en países que tienen acceso a
los mercados internacionales de capital (http://www.imf.org/external/pubs/ft/survey/so/2014/POL032714A.htm.
IIMF Durvey March 28, 2014. Visitada en 20151120). Consideran que “es un nuevo
método con visión holística de la sostenibilidad de la deuda, que esta
herramienta evalúa con realismo las proyecciones económicas y las
vulnerabilidades potenciales, y que muestra visualmente los riesgos de manera comparable
entre países”. Así, esta herramienta mejora los métodos utilizados con
anterioridad por el FMI, “para evaluar la cantidad de deuda pública, que de
manera segura, pueden tener los mercados emergentes y las economías avanzadas”.
También, en este documento, uno de sus casos de estudio es sobre México y
concluyen que “los niveles de su deuda neta, al 45 por ciento de su PIB
proyectada para el final de 2013, permanecen moderados; que la amplia cobertura
institucional da certeza que las deudas netas del sector público son bien
conocidas; y que en todos los escenarios analizados su deuda pública es
sostenible”.
De
acuerdo a la política económica seguida por nuestro Gobierno Federal y por
nuestros acreedores principales, la deuda pública de México es sostenible y las
finanzas nacionales marchan en una buena trayectoria. Sin embargo, estamos
seguros que esta política económica no nos permitirá cambiar el rumbo hacia el
desarrollo sustentable y que la mayoría de los mexicanos alcancen una calidad
de vida aceptable.
En Morelos, debemos entrar plenamente a la política pública de gobierno
abierto donde, sin necesidad de preguntar y hacer trámites complicados,
tengamos acceso a la información completa del estado que guardan nuestras
condiciones sociales, económicas, ambientales e institucionales.
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