publicado en La Jornada Morelos el 7 de diciembre de 2015
La
propuesta de la Ley de Transición Energética (LTE), aprobada en diciembre del
año pasado por la Cámara de Diputados, fue modificada muy ligeramente y
aprobada hace unos días por la Cámara de Senadores y, por lo tanto, se regresó a
los diputados para su consideración y eminente aprobación definitiva. Esta Ley es
un retroceso para tener un ambiente más saludable y nos aleja del camino al
desarrollo sustentable.
Esta LTE era jurídicamente necesaria
tras la reforma energética a nivel constitucional. Desafortunadamente, en este
proceso se realizó un cambio conceptual fundamental que desvirtuó los
compromisos adquiridos por México para combatir el Cambio Climático e impulsar
el Desarrollo Sustentable, que habían sido plasmados en la Ley General de
Cambio Climático, ya expedida en 2008.
Dicho cambio se introdujo en la Ley de
la Industria Eléctrica expedida el año pasado, al definir el concepto de
“energía limpia” que es más amplio a de las “energías renovables”; ya que ahora
no solo se consideran a las energías solar, eólica, de la biomasa, sino que
introdujeron a los hidrocarburos en procesos de alta eficiencia energética y
bajos impactos ambientales, de acuerdo a criterios que serán definidos por las
Secretaría de Energía y de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
El resultado es que se abolió la Ley
para el Aprovechamiento de las Energías Renovables y el Financiamiento de la
Transición Energética y se estableció de hecho una Transición Energética que ya
no es de los hidrocarburos a las energías renovables, sino de los hidrocarburos
sucios a unos menos sucios. Todo por motivos exclusivamente economicistas de
corto plazo y sin considerar al medio ambiente y a la sociedad en el mediano y
largo plazos.
Andrea Becerril y Víctor Ballinas reportaron que “…
Entre reclamos y críticas al presidente de la Comisión de Energía, David
Penchyna, quien reconoció haberse reunido en privado con cabilderos y
dirigentes de la cúpula empresarial para discutir la minuta, el Senado de la
República aprobó la Ley de Transición Energética, con cambios de última hora que
flexibilizan la legislación en beneficio de los industriales del ramo… Contarán
con un plazo de hasta cuatro años para la adquisición de Certificados de
Energías limpias, el mecanismo por el que se les obliga a cumplir las normas de
protección al medio ambiente… Otra modificación de última hora fue cambiar la
palabra energías renovables por el de energías limpias, a fin de que puedan
entrar ahí las empresas que utilizan el gas natural, como es el caso de la
industria del acero, una de las que más presionó” (http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2015/12/01/entre-reclamos-senado-aprueba-ley-de-transicion-energetica-989.html. Visitada en 20151205)
Sin embargo,
debemos continuar insistiendo que para entrar en el camino del desarrollo
sustentable es indispensable utilizar al máximo a las energías renovables. La
Asociación Internacional de Energía Solar publicó recientemente una declaración
que establece la posibilidad real de que el mundo funcione con energía 100 por
ciento proveniente de las energías renovables y, conmina a los políticos,
economistas, ambientalistas, ingenieros y científicos a establecer una ruta
crítica para lograrlo antes del año 2050 (http://ises.org/news/latest-news/single/artikel/solar-world-congress-2015-proclamation-dedicated-commitment-to-accelerating-the-energy-transformation-to-100-renewable-energy. Visitada en 20151130).
En
términos generales, el objetivo de alcanzar una oferta energética mundial con
el 100 por ciento de energías renovables tiene cinco grandes barreras: Altos
costos de inversión inicial, que requieren de tasas de interés bajas para
lograr financiamiento a grandes proyectos, aunque éstos ya tengan factibilidad
técnica y económica; Almacenamiento de electricidad a menores costos, ya que
permitiría despreocuparnos de la variabilidad e intermitencia de los vientos y
de la radiación solar; Redes inteligentes de distribución de electricidad, que
transportaría de manera más eficiente y a menor costo la electricidad entre
regiones; Sistemas de generación eléctrica distribuida, que equilibran mejor la
demanda y la oferta regional de electricidad; y Políticas públicas que impulsen
el desarrollo sustentable, para no solo considerar los costos económicos directos,
sino incorporar los costos sociales y ambientales para evitar el incremento en
la desigualdad y la depredación de los ecosistemas.
En Morelos,
debemos decidirnos a llevar a cabo la transición de los hidrocarburos a las
energías renovables. Tenemos que defender nuestros recursos naturales, nuestro
clima, nuestro ambiente y nuestra sociedad de una industrialización depredadora
y lograr que los individuos alcancen un mayor bienestar.
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