El Instituto Nacional de las Mujeres (www.inmujeres.gob.mx) tiene un acervo
estadístico de indicadores demográficos y económicos que establece la
participación de la mujer en muy diversas actividades en México. Reúne
encuestas de muchas instituciones nacionales. A continuación se presentan
algunos datos de interés, para el año 2010. La participación es prácticamente
igualitaria en: promedio de escolaridad para la población de 15 años y más; ingreso
promedio por hora trabajada de la población ocupada; matrícula de licenciatura
universitaria y tecnológica, y en condición de pobreza patrimonial. El
porcentaje de participación de las mujeres en diversas actividades es: 35 por
ciento del total de diputados federales son mujeres; 25, diputadas locales; 35,
jefas de hogar, y 35, población económicamente activa de 14 años y más. Sin
embargo, en otras áreas su participación es mayor que la de los hombres, para
bien o para mal: 26 por ciento, docentes; 8, esperanza de vida al nacer; 19, horas
promedio semanales de trabajo doméstico y extradoméstico; 867, intervenciones
quirúrgicas de planificación familiar; 211, lesiones por consecuencia de
violencia familiar; 5, población alfabeta de 15 años y más, y 170, promedio de
horas a la semana destinadas a las actividades domésticas. Adicionalmente, el 3
por ciento de los hombres consume algún tipo de droga, mientras que sólo el 0.7
de las mujeres las consume. En resumen, las mujeres han alcanzado equidad en
aspectos de educación y salud, la brecha es enorme en áreas de política y
laboral, y la mujer sigue con la mayor carga y responsabilidad de la familia y
de la sociedad.
The
Futures Company, una empresa consultora
en innovación y pensamiento estratégico (www.thefuturescompany.com), publicó un artículo titulado “Mujeres 2020:
Nosotras Mismas, Nuestros Mundos y Nuestros Futuros” (Women 2020: Our Selves,
Our Worlds, Our Futures, The Futurist, May-June 2013, Vol. 47, No. 3). Dicho
artículo muestra que una mejor comprensión de las mujeres, por sí mismas y por
el papel que juegan y jugarán en las sociedades, es de gran importancia ya que
ellas son potencialmente una nueva fuerza de crecimiento económico mundial y
porque los cambios en cómo piensan y actúan tienen repercusiones muy amplias en
la sociedad y la cultura. También, centra su atención en la disparidad entre
las velocidades en que las mujeres progresan en aspectos económicos y en la que
alcanzan prominencia en áreas sociales, siendo generalmente la primera más
rápida.
Es
a través de la toma de decisiones que las mujeres impactarán a las sociedades,
ya que muestra su capacidad catalizadora de cambio, asegura el artículo. Todas
y todos debemos entender como esta toma de decisiones es afectada por la etapa
de la vida, estilo de vida y poder de compra. En la medida que las mujeres
invierten en ellas mismas los matrimonios se posponen por más años. La tensión
entre tradición y modernidad se agudiza en la medida que aparecen nuevos
mercados dedicados a las mujeres. Por ejemplo, el 43 por ciento de las mujeres
de la “Generación X” en Inglaterra y Estados Unidos consideran ya no tener
hijos para mantener su nivel y tipo de vida.
Los
grandes cambios que están ocurriendo en el rol de la mujer en el lugar de
trabajo están teniendo un impacto en todo, desde el Producto Interno Bruto
hasta la vida familiar, indica el artículo. De vital importancia es cómo se
adaptan los empleadores a estos cambios y su habilidad para lograr el mejor
resultado de su fuerza de trabajo. En algunos países la participación de la
mujer en el empleo empieza a llegar a un punto de saturación en términos estadísticos.
En otros, el empleo de mujeres representa una fuerza incipiente para el
desarrollo económico. Desafortunadamente, las mujeres son mucho más empleadas
en la economía informal y ocupan muy pocas posiciones de alto nivel. Por
ejemplo, sólo 12 de las compañías en Fortune 500 son dirigidas por
mujeres y aquellas que promueven a las mujeres a posiciones directivas son más
exitosas económicamente. En general, las mujeres tienen un sueldo menor que los
hombres para la misma posición, 90 por ciento Estados Unidos y Europa o 70 por ciento
en Japón y Corea del Sur. Aún en los mercados donde se paga igual por mismo
trabajo, esta situación cambia drásticamente después de que una mujer tiene
descendencia, al incrementarse la brecha; es fundamental contar con
establecimientos que cuiden a los hijos de manera económica.
Cómo
las mujeres piensen en ellas mismas y expresen sus identidades también tienen
un efecto importante en la cultura popular y en los patrones de consumo,
plantea el artículo. Las mujeres se enfrentan con mayores oportunidades de
elección, percibidas o reales, y que varían de manera dramática entre distintas
regiones del mundo. Estas decisiones abarcan desde cómo priorizar las
actividades diarias o cómo planear sus etapas en la vida; la tensión entre
carrera y familia. Históricamente, la feminidad estuvo definida por los hombres
en términos de belleza y atractivo sexual, ahora aparece un ideal femenino
definido por las propias mujeres: las mujeres quieren ser aquellas que otras
mujeres admiran.
En
Morelos, mujeres y hombres, debemos ser conscientes de los cambios que irán
ocurriendo en el empoderamiento de las mujeres sobre temas como ingresos,
laborales, derechos humanos, patrones de consumo, innovación, entretenimiento,
desarrollo, progreso, feminidad, masculinidad, y necesidades individuales y
sociales, tanto reales como percibidas. Dichos cambios seguro tendrán efectos positivos
sobre nuestra economía, sociedad, ambiente y gobernanza.
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